Según informaron los fiscales, la víctima habría tenido una relación breve con la exmujer del acusado. (Foto: NY Post)
El miércoles de la semana pasada, un violento episodio ocurrió en un restaurante de la ciudad de Nueva York, Estados Unidos: un hombre fingió asaltar un restaurante para asesinar al amante de su exmujer. En un acto premeditado, le disparó en la cabeza y se llevó dinero en efectivo de la caja para hacerlo pasar como un robo.
Por TN
El hecho quedó grabado por las cámaras de seguridad y, según informó la Policía, se trataría de un “crimen basado en celos”.
El agresor, identificado como Heiton Camacho-Bonilla de 37 años, fue detenido y acusado de intento de homicidio, varios cargos de robo y portación ilegal de un arma de fuego.
Según informaron los fiscales, el hombre fue a un restaurante del centro de la ciudad, pidió comida, cenó y se fue. Si bien todo parecía normal, regresó más tarde mientras Harrison Ferreiras, la víctima de 37 años, se encontraba sentado en una de las mesas del lugar. Camacho-Bonilla se vistió todo de negro y usó un gorro con un barbijo para ocultar su identidad.
Camacho-Bonilla fue acusado de intento de homicidio, agresión, varios cargos de robo y portación ilegal de un arma de fuego. (Foto: NY Post)
Una vez en el establecimiento, le apuntó a Ferreiras y le pidió su celular. Luego, le disparó en la cabeza, se llevó el efectivo de la caja registradora y se escapó. La secuencia quedó capturada por las cámaras de seguridad y fue una prueba clave a la hora de investigar el caso.
Tras la agresión, Harrison fue trasladado de urgencia al hospital más cercano en estado crítico. Allí, tuvieron que operarlo para salvarle la vida y, desde ese momento, se encuentra estable. Según atestiguó su madre, Grace Peña, “aún no se encuentra bien” y todavía es “imposible” que su hijo hable.
De acuerdo a lo que investigó la Fiscalía, se supo que Ferreiras mantuvo una relación breve con la exmujer del acusado, quien estaba separado de la misma desde hace ocho meses. “Él intentó asesinar a la víctima por celos y trató de despistar a los investigadores fingiendo que era un robo”, pronunció Alexander Patton, el juez a cargo de la causa.
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