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Cinco personas fueron asesinadas el martes a bala en una fábrica vinculada con contenedores de exportación, ubicada en Nobol, una pequeña ciudad de Ecuador; la policía considera el hecho como un posible ajuste de cuentas entre bandas criminales.
Un informe de la policía, señaló que las cinco víctimas son hombres, el dueño de la fábrica, su hijastro, el conductor de un camión y dos guardias de seguridad privada, que no pudieron evitar que los atacantes ingresaran sorpresivamente por la parte posterior de la fábrica.
El hecho ocurrió en Nobol — una pequeña localidad a 252 kilómetros al suroeste de Quito— ubicada en la provincia del Guayas, una de las que registra mayores índices de violencia en el país.
El informe destacó que tres de los fallecidos tenían antecedentes penales por narcotráfico y robo y añadió que los victimarios se llevaron la memoria electrónica en donde estaban registradas las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad.
El jefe policial de la zona donde se produjo el hecho violento, coronel Marcelo Castillo, aseveró que se descarta que «el motivo sea el robo, porque al propietario se le encontró con todos sus objetos de valor dentro de su auto”.
Añadió que el lugar de los hechos era un taller para dar mantenimiento a contenedores de exportación. “Esto era una fachada, porque aquí se contaminaban (con droga) los contenedores”, dijo Castillo.
El hecho ocurrió días después que cinco miembros de una familia, dos de ellos menores de edad, fuera asesinada a bala en un sector rural de Samborondón, cerca de Guayaquil, también en la provincia del Guayas.
Desde inicios del 2021 Ecuador se encuentra en medio de una espiral de incontenible violencia derivada de lo que las autoridades han señalado como enfrentamientos entre bandas criminales vinculadas al narcotráfico y con estrechos nexos con los carteles de Colombia y México, que les impulsan a disputarse rutas y territorios de distribución de drogas.
El primer semestre de 2024, entre Guayaquil, Durán y Samborondón, todas ubicadas en la provincia de Guayas, se registraron 1040 muertes violentas, según datos de la policía, mientras que a nivel nacional, entre enero y el 21 de julio, fueron 3.369.
Para hacer frente a la situación, desde inicios de enero el presidente Daniel Noboa decretó el estado de conflicto armado interno, lo que permitió que las fuerzas armadas apoyen en el control de la seguridad interna del país a la policía.
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