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Hezbolá dijo el miércoles que disparó un misil balístico contra la sede de la agencia de inteligencia israelí Mossad cerca de Tel Aviv, mientras que las fuerzas israelíes llevaron a cabo ataques aéreos contra Hezbolá en el sur del Líbano.
El Ejército de Israel dijo que interceptó un misil disparado desde el Líbano. El ataque provocó las sirenas de ataque aéreo en Tel Aviv.
El conflicto intensificado a lo largo de la frontera entre Israel y el Líbano será el foco de una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU más tarde el miércoles en Nueva York.
Los esfuerzos diplomáticos para contener los combates y prevenir un conflicto regional más amplio incluyeron una reunión el martes entre el presidente francés Emmanuel Macron y el presidente iraní Masoud Pezeshkian, durante la cual la oficina de Macron dijo que «destacó la responsabilidad de Irán de apoyar una desescalada general y usar su influencia con actores desestabilizadores».
Irán respalda tanto a Hezbolá como al grupo militante Hamas que Israel está combatiendo en la Franja de Gaza.
El conflicto también ha llevado a algunos gobiernos a instar a sus ciudadanos a abandonar el Líbano. Estados Unidos anunció que estaba enviando más personal militar a la región para aumentar sus fuerzas existentes, mientras que Gran Bretaña dijo que esperaba que 700 de sus fuerzas llegaran el miércoles a Chipre en preparación para posibles evacuaciones de sus ciudadanos del Líbano.
Las autoridades sanitarias libanesas dijeron que los ataques israelíes desde el lunes han matado al menos a 564 personas y herido a más de 1.800.
Israel dijo que uno de sus ataques en los suburbios del sur de Beirut mató a Ibrahim Muhammad Kobeisi, identificado por Israel como un alto comandante militar de Hezbollah que supervisaba los sistemas de misiles de Hezbollah.
La agencia de refugiados de las Naciones Unidas dijo que estaba «indignada y profundamente entristecida» por otros ataques israelíes que mataron a dos de sus miembros del personal.
Miles de libaneses, por su cuenta y a instancias de Israel, han huido del sur del Líbano en busca de seguridad de los ataques israelíes, obstruyendo las carreteras al norte de Beirut.
«Todos deberíamos estar alarmados por la escalada. El Líbano está al borde del abismo”, dijo el martes el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, a la Asamblea General de la ONU. “El pueblo del Líbano, el pueblo de Israel y el pueblo del mundo no pueden permitirse que el Líbano se convierta en otra Gaza”.
Israel y Hezbolá han intercambiado fuego desde que estalló la guerra en Gaza el pasado 7 de octubre, cuando el grupo militante comenzó a disparar cohetes en solidaridad con los palestinos y su aliado Hamas, respaldado por Irán. Los combates han matado a decenas de personas en Israel, cientos en el Líbano y han desplazado a decenas de miles en ambos lados de la frontera.
La guerra en Gaza comenzó con el ataque de Hamas en octubre de 2023 al sur de Israel, en el que militantes palestinos mataron a unas 1.200 personas y tomaron como rehenes a otras 250. Todavía tienen a unos 100 cautivos, de los cuales se cree que un tercio están muertos. Los ataques aéreos y terrestres israelíes han matado a más de 41.400 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Salud de Gaza, y el ejército israelí afirma que la cifra de muertos incluye a miles de combatientes de Hamás.
Hamás ha sido designado como grupo terrorista por Estados Unidos, el Reino Unido, la Unión Europea y otros países. Hezbolá también es un grupo terrorista designado por Estados Unidos.
[Parte de la información para esta historia fue proporcionada por The Associated Press, Agence France-Presse y Reuters]
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