Los cuatro amigos crecieron a pocas cuadras en Venezuela, jugando al fútbol y yendo y viniendo de una casa a otra. A medida que la situación empeoraba, viajaron a Estados Unidos y estaban comenzando una nueva vida en Dallas, donde trabajaban largas jornadas y compartían una casa.
El jueves, agentes armados se presentaron en su casa, los arrestaron y los llevaron a un centro de detención de Texas, según contó Mervin Yamarte, de 29 años, a su madre por teléfono. Los familiares desconocen los cargos que se les imputan, y sus nombres no aparecen en los registros judiciales federales, estatales ni locales.
Lo que sucedió después horrorizó a sus familias. Yamarte contó que les pidieron que firmaran los documentos de deportación y que aceptaron, pensando que pronto regresarían con sus hijos y seres queridos en Venezuela. Pero un día después, su madre vio un impactante video publicado por el presidente salvadoreño Nayib Bukele que mostraba a presuntos pandilleros siendo sacados violentamente de aviones desde Estados Unidos y arrastrados a una megaprisión conocida por sus denuncias de abusos contra los derechos humanos.
Mercedes Yamarte vio a su hijo.
Apareció solo un segundo, pero no le quedó duda de que era él. Estaba arrodillado y llevaba una camisa negra rasgada. Tenía la cabeza rapada. Un agente estaba de pie detrás de él. Parecía hacer una mueca de dolor.
“No tenía palabras”, dijo Mercedes Yamarte el lunes con la voz entrecortada. “No podía hablar”.
Sin que su familia lo supiera, Yamarte había sido subido a un avión después de que el presidente Donald Trump firmara en secreto un decreto invocando la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798. Esta disposición, vigente en tiempos de guerra, otorgaba a Trump la facultad de expulsar rápidamente a los venezolanos acusados de pertenecer a la pandilla Tren de Aragua, privándolos de la oportunidad de presentar su caso ante un juez antes de su deportación. Un juez federal impidió que Trump usara esta facultad y ordenó al gobierno que devolviera cualquier avión que ya estuviera en el aire. Tres aviones aterrizaron en El Salvador horas después.