Nicolás Maduro, quien juró para un tercer mandato en Venezuela tras su cuestionada reelección el año pasado, celebró este miércoles el alta del papa Francisco dado el domingo, tras 38 días hospitalizado por una grave infección respiratoria, y aseguró que le envió recientemente como regalo un retrato del beato José Gregorio Hernández, cuya canonización fue aprobada en febrero.
Durante un acto transmitido por la estatal Venezolana de Televisión (VTV), el líder del chavismo entregó a una comunidad de Caracas una copia del regalo que dijo haber enviado al pontífice cuando este estaba ingresado en el Policlínico Gemelli de Roma.
«El día que le llegó, dice gente que estaba cerca del papa Francisco, empezó una mejoría milagrosa y, afortunadamente, le dieron de alta, salió de esa crisis», expresó Maduro.
A su juicio, ese obsequio, junto con la oración del pueblo venezolano, «contribuyó modestamente a que el papa Francisco saliera de esa gravedad».
«Ahí estuvo nuestra oración, nuestro granito de arena humilde y el poder de Dios a través de san José Gregorio Hernández», agregó.
Según informó el martes la oficina de prensa de la Santa Sede, el papa continúa su convalecencia en su residencia en el Vaticano, alternando la fisioterapia respiratoria y motora con trabajo y la concelebración de la misa la mañana.
Francisco, de 88 años, permanecerá en convalecencia «por al menos dos meses» siguiendo el tratamiento en su apartamento del segundo piso de la Casa Santa Marta.
En estos días, Francisco ha continuado con el suministro de oxígeno durante el día, mientras que no necesita la ventilación mecánica durante la noche, y cuenta con un equipo médico pendiente las 24 horas del día.
El pasado 25 de febrero, el papa, durante su hospitalización, aprobó el decreto para la canonización del beato venezolano, también conocido como el ‘Médico de los pobres’, quien será el primer santo del país caribeño, cuyo pueblo celebró durante varios días seguidos el esperado anuncio. EFE