La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos subrayó este martes que durante años hubo impunidad en los crímenes cometidos por las autoridades filipinas durante la guerra contra las drogas abanderada por el ahora detenido expresidente Rodrigo Duterte, y expresó su deseo de que se den pasos hacia la rendición de cuentas.
«Sólo cuatro casos han terminado en condenas, es crucial enfrentar tal impunidad, y es esencial que en los próximos pasos que se den con Duterte se apliquen las obligaciones de Filipinas con el derecho internacional», destacó en rueda de prensa la portavoz de la oficina de Naciones Unidas Ravina Shamdasani, en reacción al arresto.
La fuente agregó la necesidad de «proteger a víctimas y testigos de posibles represalias a medida que el proceso avance», y recordó a las familias de los afectados por los abusos durante la guerra contra las drogas, «que han mostrado gran coraje a la hora de buscar justicia durante tantos años.
Shamdasani recordó que la oficina que dirige el alto comisionado Volker Türk ya emitió en 2020 un informe sobre la guerra contra las drogas en Filipinas en el que concluyó que había pruebas de amplias y sistemáticas violaciones de derechos humanos tales como ejecuciones extrajudiciales y detenciones arbitrarias.
El polémico expresidente de Filipinas fue detenido este martes en el aeropuerto de Manila, después de que la Corte Penal Internacional (CPI) emitiera una orden de arresto al acusarle de crímenes contra la humanidad.
Esa orden tiene su origen en la guerra contra las drogas que Duterte emprendió durante su mandato (2016-2022), en la que murieron unas 6.000 personas en operativos antidroga y debido a ejecuciones extrajudiciales, según las cifras de la Policía, mientras ONG locales elevan la cifra a más de 30.000 fallecidos. EFE
