El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, rechazó en la noche del jueves a través de la red social X, la política adoptada por el Gobierno de Estados Unidos con respecto a la detención y deportación de los venezolanos.
En su cuenta oficial, señaló que «la fabricación de pretextos por el Gobierno de Estados Unidos para detener y expulsar a venezolanos en ese país, es una maniobra para castigar al pueblo de Venezuela que sienta un peligroso precedente para nuestra América».
La Casa Blanca ha mantenido su política de deportaciones implementada bajo la Ley de Enemigos Extranjeros, en intento de deslegitimar tanto al juez federal que las ha frenado, James Boasberg, como a los jueces en general que buscan impedir las acciones sin fundamento jurídico del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Animado por el odio contra Estados soberanos de América Latina, el congresista republicano cubano-estadounidense Carlos Giménez sostuvo que seguirán colaborando con Departamento de Seguridad Interna (DHS, por sus siglas en inglés) para investigar a las personas que consideren «una amenaza a la seguridad nacional» y deportarlos, sobre todo aquellas provenientes de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Sin embargo, es una medida que roza con el extremismo en ocasiones, tal y como es el caso del jugador venezolano de fútbol Jerce Reyes Barrios, quien fue deportado por tener un tatuaje del Real Madrid, considerándolo como un supuesto integrante de la banda criminal «Tren de Aragua».
La delegación de Venezuela en el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) reprochó el viernes con fuerza a Estados Unidos por la deportación de inmigrantes venezolanos del país, incluso si no poseen antecedentes penales, y a El Salvador por colaborar en confinarlos en sus cárceles.
El embajador de Venezuela ante la ONU en Ginebra, Alexander Yánez, intervino ante el Consejo y declaró que «Estados Unidos está pagando a El Salvador sumas de dinero por cada venezolano recibido como supuesto delincuente, sin debido proceso y sometido a tratos crueles y degradantes, como evidencian infinidad de videos divulgados incluso por las autoridades salvadoreñas».