Cierres, despidos masivos e incertidumbre: la congelación de fondos de ayuda internacional de Estados Unidos asfixia a medios de comunicación críticos de Cuba, Nicaragua y Venezuela, contrapeso al férreo control gubernamental sobre la prensa.
Tras regresar a la Casa Blanca el 20 de enero, el presidente Donald Trump ordenó recortar recursos de la agencia estadounidense para el desarrollo, USAID, que tenía presupuestados 268 millones de dólares en 2025 para «medios de comunicación independientes» en 30 países, según Reporteros Sin Fronteras (RSF).
Su administración desmanteló también medios públicos que llegaban al extranjero como Radio y TV Martí -fundada en la década de 1980 para contrarrestar el monopolio informativo del Partido Comunista en Cuba- o Voz de América.
A la vez fueron cancelados fondos de la National Endowment for Democracy (NED), dependiente del Congreso.
El Toque, portal en Miami dedicado a Cuba que sufrió la expulsión de casi todos los periodistas que tenía en la isla y recibía recursos de la NED, está entre los medios heridos.
«La afectación en nuestro caso equivale al 50% de nuestro presupuesto anual», dice por correo a la AFP José Nieves, director de esa web, que redujo su plantilla a la mitad.
– «Subversión» –
Aunque en Cuba los medios locales pertenecen al Estado, supervisados por el Partido Comunista, sitios digitales independientes del partido surgieron hace una década. Los cubanos solo acceden a ellos con VPN.
Nieves lamenta que «los socios más confiables» de estos medios decidieran «entregar tan gratuitamente razones para festejar en el lado de los autoritarios».
Igual que Nieves, la directora de 14ymedio, Yoani Sánchez, considera que «la prensa no controlada por el Partido Comunista» expone «temas, denuncias y testimonios que la audiencia necesita y busca» leer, pese a las constantes privaciones de internet que sufren estos periodistas, impedidos incluso a veces de salir de sus domicilios.
Sánchez, quien hace periodismo desde la isla con parte de su equipo, explica a AFP que 14ymedio no recibía recursos de la USAID. Su «modelo de ingresos» se basa en «la diversificación de fuentes» como publicidad, patrocinios y acuerdos con universidades y fundaciones.
Otros portales independientes iniciaron campañas de recaudación de fondos.
Trump eliminó más de 80% de los programas que impulsaba la USAID, argumentando que había «niveles rampantes» de corrupción.
Su homólogo cubano, Miguel Díaz-Canel, publicó en X: «Se alarman por millonarios proyectos de USAID para subversión y financiamiento a llamados medios y ONG independientes, cuando llevamos años denunciándolo». Califica de «mercenarios» de Washington a los periodistas críticos.
– «Apagón informativo» –
Para medios en Nicaragua y Venezuela los recortes son devastadores.
«Nos puso en estado de emergencia», declara a la AFP Carlos Herrera, cofundador y director financiero de la web nicaragüense Divergentes, exiliado en Costa Rica.
Divergentes redujo a la mitad su nómina y Herrera advierte que «habrá un apagón informativo total en Nicaragua» de mantenerse la situación.
Reconocidos periodistas como Wilfredo Miranda, colaborador del periódico español El País, o Juan Lorenzo Holmann Chamorro, director ejecutivo de La Prensa, fueron desterrados y despojados de su nacionalidad por el gobierno de Daniel Ortega. Al menos 300 periodistas nicaragüenses han dejado su país, mientras que cuatro fueron detenidos en el último año, según RSF.
Nicaragua «ya no tiene medios independientes» que operen dentro del país y solo sobreviven los estatales y grupos mediáticos en «total autocensura», lamenta Herrera.
– «USAIDcalipsis» –
«Estamos muriendo asfixiados, ahogados, y no podemos ni siquiera pegar un grito de auxilio», dice a la AFP el editor de una web en Venezuela, que pidió reservar su identidad.
«Criminalizaron la ayuda internacional», sostiene al acusar al gobierno de una campaña para «estigmatizar a la prensa», golpeada en este país por el cierre de más de 200 medios en la era chavista, según la ONG Espacio Público.
Altos funcionarios anunciaron que investigan a periodistas por recibir fondos extranjeros.
«Los medios de comunicación tradicionales han dejado de hacer su función informativa en un clima de autocensura y censura brutal», advierte Rodolfo Rico, activista y especialista en proyectos digitales de prensa.
En ese contexto, nacieron medios alternativos, pero dependientes de financiamiento externo por el temor de anunciantes privados a represalias.
El «USAIDcalipsis», sostiene Rico, desnudó su «vulnerabilidad económica».
«Los periodistas cada vez tenemos menos espacios para ejercer la profesión y la gente cada vez tiene menos vías para informarse», dice un reportero despedido en medio de la crisis, que solicitó también reservar su nombre.
Varios medios lanzarán una colecta conjunta, conoció la AFP.
La NED dijo en un comunicado el 10 de marzo que el Departamento de Estado levantó restricciones y podría recuperar capacidad para «apoyar a los defensores de primera línea de la democracia en regímenes represivos». Hay negociaciones para recuperar fondos.