Ecuador declaró el sábado el estado de excepción en la capital, siete de sus 24 provincias y en el sistema penitenciario, una medida anunciada en la víspera del balotaje presidencial que busca frenar la creciente violencia del narcotráfico.
La decisión regirá por 60 días y entró en vigencia un día antes de que los ecuatorianos elijan al próximo gobernante entre el mandatario, Daniel Noboa, y la opositora izquierdista, Luisa González.
El estado de excepción rige en las regiones más golpeadas por la violencia en el país, donde según datos oficiales cada hora se comete un asesinato.
Noboa impuso el estado de emergencia ante «el incremento de índices de violencia, cometimiento de delitos e intensidad de la perpetración de ilícitos por grupos armados organizados», según el decreto.
El gobierno suspendió los derechos a la inviolabilidad de domicilio, correspondencia y a la libertad de reunión. Además ordenó un toque de queda nocturno de siete horas en varias localidades.
La medida afecta a las provincias costeras de Guayas, Los Ríos, Manabí, Santa Elena y El Oro y las amazónicas Orellana y Sucumbíos, la convulsa localidad minera de Camilo Ponce Enríquez, así como en Quito y en las cárceles de la nación.