Una nueva evaluación de inteligencia de Estados Unidos no encontró coordinación alguna entre la pandilla del Tren de Aragua y el gobierno venezolano, contradiciendo los señalamientos realizados por funcionarios del Gobierno del presidente Donald Trump para justificar la invocación de la Ley de Enemigos Extranjeros y la deportación de migrantes venezolanos, según funcionarios federales.
La evaluación confidencial del Consejo de Inteligencia Nacional, publicada este mes, es más completa y acreditada que un documento de inteligencia del 26 de febrero que fue reportado por el diario The New York Times el mes pasado, de acuerdo con dos funcionarios federales al tanto de la evaluación y que hablaron bajo condición de anonimato al no estar autorizados a tocar el tema de manera pública.
La nueva evaluación recopila los aportes de las 18 agencias que integran a la comunidad de inteligencia de Estados Unidos. El documento afirma en repetidas ocasiones que el Tren de Aragua —una pandilla que tuvo origen en una cárcel de Venezuela— no está en coordinación ni recibe el apoyo del presidente venezolano Nicolás Maduro, así como tampoco por altos funcionarios del gobierno de Venezuela. Aunque la evaluación reveló un contacto mínimo entre algunos integrantes del grupo delictivo y miembros de bajo nivel del gobierno venezolano, se llegó a un consenso en que no había coordinación ni un papel directivo entre la banda y el gobierno.
En la evaluación se presenta apoyo y fuentes extensas para respaldar esas afirmaciones, según los funcionarios. De las 18 organizaciones que conforman la comunidad de inteligencia del gobierno de Estados Unidos, sólo una —el FBI— no estuvo de acuerdo con los hallazgos.
No es raro que las agencias de inteligencia difieran en sus evaluaciones sobre asuntos de enorme interés público. Pero la más reciente evaluación llamó la atención por llegar a una conclusión casi por unanimidad.
Hace varios años, durante la gestión del exdirector Christopher Wray, el FBI evaluó que la pandemia de COVID-19 probablemente se originó por una fuga de laboratorio, aunque difícilmente fuera el consenso uniforme. Dicha postura recibió apoyo reciente en una evaluación de la CIA que fue desprecintada en enero pasado.
Cuando se le pidió un comentario, la Casa Blanca compartió el viernes una declaración de la oficina de la directora de inteligencia nacional, Tulsi Gabbard.
“El presidente Trump tomó medidas necesarias e históricas para salvaguardar nuestra nación cuando deportó a estos violentos terroristas del Tren de Aragua”, decía la declaración. “Ahora que Estados Unidos es más seguro sin estos terroristas en nuestras ciudades, los actores del Estado profundo han recurrido a usar su brazo de propaganda para atacar las exitosas políticas del presidente”.
Fallo judicial sobre la Ley de Enemigos Extranjeros
Los hallazgos de la evaluación de inteligencia se producen una semana después que la Corte Suprema determinó que el gobierno de Trump puede usar la Ley de Enemigos Extranjeros, una ley de tiempos de guerra de 1798, para deportar a migrantes venezolanos —pero que los migrantes deben tener audiencias judiciales antes de ser expulsados de Estados Unidos.
La pandilla del Tren de Aragua ha sido relacionada con una serie de secuestros, extorsiones y otros crímenes en todo el hemisferio occidental.
La Ley de Enemigos Extranjeros fue creada para otorgarle al presidente una amplia autoridad para encarcelar y deportar a extranjeros en tiempos de guerra. Hasta ahora, se ha invocado en apenas tres veces, la más reciente hace ocho décadas durante la Segunda Guerra Mundial para justificar la detención de civiles japoneses-estadounidenses.
La Unión Americana de Libertades Civiles, que ha impugnado el uso de la ley por parte del gobierno federal, sostiene que Trump no tiene la autoridad para usar la Ley de Enemigos Extranjeros contra un grupo criminal en lugar de un Estado reconocido.
La más reciente evaluación de inteligencia fue reportada por primera vez el jueves por The Washington Post.
Con información de AP