Un creciente número de migrantes en Estados Unidos está optando por cubrirse tatuajes que las autoridades podrían interpretar como símbolos de pandillas, en respuesta a las duras políticas del presidente Donald Trump que han terminado en deportaciones.
Diego Vega, tatuador en la ciudad de Doral —una zona con una gran comunidad venezolana—, notó un aumento de clientes preocupados por cómo ciertos diseños podrían afectar su estatus migratorio.
«Es mi responsabilidad como tatuador decirles que la gente ha sido atacada, que es real, está sucediendo. Está sucediendo y tal vez no sea el mejor momento (para tatuarse)», explicó Vega a NBC Miami.
Entre los motivos más comunes que generan preocupación están tatuajes con coronas, rosas o estrellas. Aunque muchos los ven como símbolos personales o decorativos, las autoridades estadounidenses podrían vincularlos a la banda criminal Tren de Aragua, objetivo de recientes operativos migratorios bajo la administración Trump.
Vega recordó el caso de un padre venezolano que originalmente se tatuó los nombres de su esposa e hijos acompañados de una pequeña corona, como símbolo de afecto familiar. Tiempo después, el mismo hombre regresó al estudio para cubrir esa imagen por miedo a que fuera malinterpretada.
«Tenían miedo. No querían problemas», señaló.
Según documentos judiciales, el gobierno republicano se ha basado en las publicaciones en redes sociales y los tatuajes de los migrantes para determinar si forman parte de organizaciones criminales y así determinar su deportación. Sobre todo venezolanos.
Uno de los traslados más controversiales ha sido el envío de más de 200 extranjeros a la cárcel de máxima seguridad de El Salvador, señalados de pertenecer al Tren de Aragua. El factor común, de acuerdo con las denuncias que han hecho sus familiares, es que tienen tatuajes, algunos de ellos como rosas, coronas y estrellas.
Tatuó a un venezolano deportado a El Salvador y ahora se siente devastado
Pedro Freites, otro tatuador, confesó sentirse afectado tras enterarse de la deportación de Frizgeralth Cornejo, un joven venezolano que fue expulsado del país luego de que las autoridades migratorias interpretaran sus tatuajes como vínculos con el Tren de Aragua.
A Cornejo lo detuvieron el 19 de junio tras acudir a una cita del programa CBP One. A pesar de no contar con antecedentes penales ni en Venezuela ni en Estados Unidos, las autoridades utilizaron sus tatuajes como argumento para su deportación, realizada bajo la Ley de Enemigos Extranjeros.
Freites, quien le hizo varios de los tatuajes señalados por los agentes, expresó su conmoción recientemente a Univision.
«Me sentí realmente devastado, me sentí bastante culpable porque en su momento estábamos haciendo tatuajes quizás pensando en lo estético, en lo que combinaba, pero todo se salió de control cuando a él lo comienzan a acusar de pertenecer al Tren de Aragua solo por los tatuajes», dijo.
Entre los tatuajes cuestionados hay varias rosas —una de ellas con la fecha de nacimiento de la madre de Cornejo—, querubines y un arma, todos elementos que, según Freites, se eligieron sin una connotación criminal. «He tatuado cientos de rosas a lo largo de mi carrera, es un diseño común. Lo mismo pasa con coronas o relojes, que muchas veces representan afecto hacia la familia», explicó.