El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) informó que arrestó a 422 migrantes indocumentados y deportó a 528 personas durante una operación de siete días llevada a cabo entre el 4 y el 10 de mayo en el área metropolitana de Houston, Texas.
Según el director de la Oficina de Operaciones de Detención y Deportación de ICE en Houston, Bret Bradford, la operación se enfocó en reforzar la seguridad pública y estuvo dirigida especialmente contra migrantes con antecedentes criminales.
El organismo estadounidense detalló que el total de arrestados, 296 personas contaban con condenas previas por delitos graves, incluidos homicidio, explotación sexual de menores, tráfico de drogas, y posesión ilegal de armas.
Entre los casos destacados, ICE mencionó la detención de un ciudadano colombiano de 46 años condenado por homicidio en su país, así como varios ciudadanos mexicanos con múltiples condenas por robo, asalto agravado, explotación de menores, y homicidio.
El operativo también priorizó la deportación expedita de migrantes con órdenes finales de expulsión.
Los migrantes fueron trasladados a centros en la frontera sur para ser procesados y deportados en un plazo de 24 a 72 horas tras su arresto, lo que, según la agencia, permite «reducir costos al erario público».
La operación contó con el apoyo de múltiples agencias, entre ellas la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), la DEA, el FBI, el Servicio de Alguaciles de EE. UU., la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), el Servicio de Seguridad Diplomática, y el Departamento de Seguridad Pública de Texas.
Las autoridades destacaron la cooperación interinstitucional como clave para identificar y capturar a los delincuentes más buscados, así como para desmantelar redes de tráfico de drogas y personas que operan en la región.
“Las actividades ilegales generan más delitos, y nuestros esfuerzos conjuntos a través de estas operaciones policiales nos han permitido hacer lo que la DEA hace mejor: retirar de las calles las drogas que devastan vidas y desmantelar las redes de narcotráfico, protegiendo así a nuestras comunidades”, declaró William Kimbell, agente especial interino a cargo de la División Houston de la DEA.