Mientras Chevron intenta persuadir a la administración de Trump de que le permita seguir produciendo petróleo en Venezuela, la líder de la oposición María Corina Machado argumenta que tal medida sería contraproducente, afirmando que solo serviría para rescatar al dictador Nicolás Maduro de la precaria posición en la que se encuentra actualmente, debido a las sanciones impuestas por el nuevo gobierno estadounidense.
Por El Nuevo Heral
En declaraciones a Fox News, Machado elogió la estrategia del gobierno de Trump, calificándola de efectiva, y advirtió que revertir el rumbo garantizaría la supervivencia de un régimen socialista profundamente involucrado en el narcotráfico y que representa una amenaza para la seguridad de toda la región.
Sus declaraciones se produjeron después de que el director ejecutivo de Chevron, Mike Wirth, revelara que la compañía está en conversaciones con funcionarios estadounidenses para extender su licencia para operar en Venezuela. Dicha licencia, que permite al gigante petrolero con sede en Texas producir crudo a pesar de las sanciones, expirará en tres semanas. Anteriormente en Fox News, Wirth argumentó que la retirada de Chevron dejaría un vacío que probablemente sería llenado por empresas chinas y rusas.
Pero Machado rechazó firmemente esa opinión. “Francamente, creo que es absurdo; no lo entiendo”, dijo en la entrevista del domingo. “Creo que las decisiones y la estrategia del presidente Trump son absolutamente correctas y efectivas. Ya está funcionando… Maduro se encuentra en la posición más débil de su historia”. Añadió que Estados Unidos debería aumentar la presión para obligar a Maduro a dejar el poder.
“Recuerden, no estamos tratando con un simple dictador. Maduro es el líder de una estructura criminal que ha convertido a Venezuela en un refugio para cárteles de la droga, grupos guerrilleros y enemigos del hemisferio occidental, como agentes de Irán, Rusia y otras organizaciones criminales internacionales”, dijo.
El debate surge a medida que la política estadounidense ha adoptado una postura significativamente más dura contra el régimen de Maduro. El cambio comenzó con la decisión de la administración Trump de revocar las licencias emitidas durante la presidencia de Biden que permitían a Chevron y a otras empresas extranjeras operar en Venezuela, eludiendo sanciones previas.
Esta última medida se vio reforzada por un nuevo arancel del 25% a las importaciones de cualquier país que compre crudo venezolano. El arancel, que entró en vigor el 2 de abril, ya ha impulsado a los compradores tradicionales a buscar fuentes alternativas. Los analistas advierten que el arancel podría perjudicar gravemente la ya frágil economía venezolana, lo que representa quizás la escalada más significativa en la prolongada campaña de sanciones de Washington.
Los expertos afirman que Chevron ha sido una fuerza estabilizadora en el sector petrolero venezolano, contribuyendo a impulsar la producción por encima del millón de barriles diarios por primera vez desde 2019, según datos de la OPEP. A menos que la política estadounidense cambie, la salida prevista de Chevron para el 27 de mayo podría suponer un duro golpe para las esperanzas de recuperación económica de Caracas.