El canciller de la República Bolivariana de Venezuela, Yván Gil, emitió una contundente declaración en la que alertó sobre la creciente involucración del Comando Sur de los Estados Unidos en la disputa territorial por la Guayana Esequiba, un territorio históricamente reclamado por Venezuela. En sus declaraciones, Gil enfatizó la postura soberana y pacífica de Venezuela, afirmando: «Venezuela jamás ha intimidado ni amenazado a nadie, y mucho menos a Guyana».
El canciller denunció que las acciones de Guyana, respaldadas por el Comando Sur y otras instancias como la Agencia Central de Inteligencia (CIA), buscan escalar las tensiones en la región con el objetivo de favorecer intereses externos, particularmente los de la empresa estadounidense ExxonMobil, en áreas marítimas aún por delimitar. «Es inaceptable que Guyana, de manera irresponsable, facilite la presencia militar extranjera en un territorio en disputa, violando principios de soberanía y derecho internacional», señaló Gil.
Estas declaraciones se producen en un contexto de crecientes tensiones, luego de que el ministro de Defensa venezolano, general Vladimir Padrino López, también denunciara recientemente la injerencia del Comando Sur y la CIA en el conflicto, acusándolos de intentar despojar a Venezuela de sus derechos históricos sobre el Esequibo. Asimismo, el canciller reiteró el rechazo de Venezuela a las declaraciones del presidente guyanés, Irfaan Alí, quien habría dado luz verde a la presencia militar estadounidense en la región.
Gil subrayó que Venezuela aboga por una resolución pacífica y diplomática de la controversia, conforme al Acuerdo de Ginebra de 1966, y llamó a Guyana a cesar cualquier acción que pueda exacerbar el conflicto. «Hacemos un llamado a la comunidad internacional para que se respete el derecho de los pueblos a resolver sus diferencias sin injerencias extranjeras», afirmó.
El Gobierno Bolivariano reafirma su compromiso con la defensa de su soberanía y la integridad territorial, mientras insiste en que la solución al diferendo debe basarse en el diálogo y el respeto mutuo, sin la intervención de potencias extranjeras.