El presidente colombiano, Gustavo Petro, respondió la noche del domingo a la publicación de un medio español, según la cual su exministro de Relaciones Exteriores, Álvaro Leyva, habría participado en una supuesta trama para forzarlo a dejar el poder con apoyo de sectores conservadores de Estados Unidos..
En un extenso mensaje publicado en su cuenta de X (antes Twitter), el mandatario calificó el supuesto plan como “un acto de venganza bárbaro y canalla”.
Según reportaje del diario El País, Leyva habría «sostenido reuniones en abril pasado en Florida con el congresista estadounidense Mario Díaz-Balart, en un intento por acercarse al senador Marco Rubio».
El objetivo, de acuerdo con grabaciones obtenidas por el medio, habría sido «promover una campaña de presión internacional para sustituir a Petro por su vicepresidenta, Francia Márquez, alegando supuestos problemas de salud mental y consumo de sustancias por parte del mandatario».
Petro respondió al reportaje asegurando que durante meses «fue objeto de calumnias por parte de Leyva» y dió detalles sobre su relación con el exfuncionario. Dijo haberlo nombrado canciller “sin ningún cálculo político”, convencido de que tenía una “genuina vocación de paz”, pero reconoció sentirse engañado: “Pensé que había sido perseguido por su compromiso con la paz, hoy creo que también buscaba otras cosas, menos santas”.
El presidente también criticó la actuación de Leyva durante su paso por la Cancillería, especialmente en el escándalo por la licitación de pasaportes. Según Petro, el proceso estaba “impregnado de corrupción” y Leyva desoyó su orden de detenerlo, lo que derivó en su suspensión y posterior sanción por parte de la Procuraduría General.
Petro incluso insinuó un intento de nepotismo, al afirmar que Leyva habría querido que su hijo «ocupara un alto cargo diplomático».
En su publicación, Petro vinculó este episodio a lo que considera una conducta estructural de ciertos sectores del poder en Colombia: “La oligarquía, a la que indudablemente pertenece Leyva, piensa el Estado como hereditario, con derecho a negocios con el erario”, afirmó, y sostuvo que su actitud es reflejo de una historia marcada por la “traición, el asesinato y la mentira”.
Tensiones
Desde hace varios meses, el excanciller colombiano Álvaro Leyva y el presidente Gustavo Petro se encuentran inmersos en un creciente conflicto político.
La disputa comenzó a principios de 2024, cuando Leyva, quien ocupó la Cancillería hasta ese año, denunció públicamente una serie de irregularidades y problemas internos con el mandatario. A partir de ahí, la relación entre ambos se fue deteriorando hasta llegar a una confrontación directa.
En abril, Leyva hizo pública una carta en la que acusaba a Petro de tener problemas de drogadicción, citando incidentes durante un viaje oficial a París en 2023. En esa misiva, Leyva también criticó la gestión del gobierno y cuestionó la falta de liderazgo de Petro, destacando que no se mantenía comunicación fluida con sus ministros.
Poco después Petro respondió, negando las acusaciones y defendiendo su derecho a pasar tiempo con su familia.
También en mayo, el mandatario colombiano acusó a Álvaro Leyva de conspirar con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) para derrocarlo. Durante un acto público, el presidente afirmó que el excanciller había mantenido contactos con miembros de la guerrilla en Caracas con el objetivo de desestabilizar su gobierno.
A raíz de este episodio, el exministro denunció que él y su familia habían sido objeto de ataques verbales y amenazas anónimas.
Según Leyva, todo este conflicto responde a una “persecución política” por parte del gobierno. Además, expresó su intención de llevar el caso a instancias internacionales.