El Gobierno de Texas declaró un estado de emergencia este viernes por la noche en los condados afectados por inundaciones calificadas como «catastróficas». Las riadas han causado la muerte de 25 personas hasta ahora en la zona central del estado, aunque sus edades e identidades no han sido dadas a conocer. Veinticuatro de ellas fallecieron en el condado de Kerr y otra perdió la vida en el condado aledaño de Kendall, según el sheriff Larry Leitha.
Más temprano las autoridades locales habían dicho que había más de 20 menores de edad cuyo paradero se desconocía; todas niñas que habían estado en el campamento de verano cristiano Mystic. Las autoridades dijeron por la noche que todavía no han sido ubicadas.
Hasta ahora han sido rescatadas 237 personas de las zonas inundadas, la mayoría mediante helicóptero, según el general mayor Thomas M. Suelzer, que lidera la Guardia Nacional texana.
Las inundaciones fueron provocadas porque en pocas horas de la madrugada del viernes cayó tanta lluvia como suele acumularse en meses, que según las autoridades estatales superó cualquier pronóstico.
«Es una catástrofe extraordinaria», dijo la noche del viernes el gobernador de Texas, Greg Abbott, al firmar la declaración de emergencia. Prometió una «respuesta extraordinaria» en reacción en cuanto al trabajo de rescatistas.
«Las operaciones de rescate seguirán durante toda la noche y madrugada», prometió Abbott, «en honor a todas las familias que están esperando información sobre sus hijas o seres queridos».
«No daremos tregua hasta que cada persona que lo necesite sea rescatada», indicó.
Desborde del río
La lluvia durante la madrugada hizo desbordarse el río Guadalupe, especialmente en un área de parques con cabañas, donde había un número importante de niños y niñas en varios campamentos de verano.
Ha sido «una inundación completamente destructiva», a decir del vicegobernador Dan Patrick, que indicó que el nivel del río aumentó en 26 pies (casi 8 metros) en tan solo 45 minutos.Los rescatistas han tenido que lidiar no solo con la riada sino con árboles en el camino y otros escombros para intentar alcanzar a la gente afectada. Patrick dijo que hay 14 helicópteros sobrevolando la zona y unas 500 personas haciendo de buzos o buscando a gente en el área.
El departamento de policía del condado de Kerrville indicó en un comunicado que hay «mucho tráfico y gente congregada queriendo ver las inundaciones» que han estorbado «las operaciones de rescate y recuperación». Pidieron al público despejar el camino.
«No necesitamos más gente civil tratando de volar drones», dijo Patrick, «que pueden estorbarles a los rescatistas».
Las inundaciones comenzaron cuando durante la madrugada cayeron hasta 30 centímetros (12 pulgadas) de intensa lluvia por hora en el centro del condado de Kerr, causando el desbordamiento del río Guadalupe.
El Servicio Meteorológico Nacional en San Angelo, Texas, dijo que el río Guadalupe alcanzó su segundo nivel más alto en la historia, al registrar 29 pies durante la madrugada.
El alcalde de Kerrville, Joe Herring Jr., emitió una declaración de desastre para la ciudad este viernes debido a las inundaciones.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, dijo que el estado ya proporcionaba recursos a las comunidades de Hill Country que enfrentan las inundaciones, entre las que están Kerrville, Ingram y Hunt.
Tormentas en otras ciudades del país
Mientras tanto, el Centro Nacional de Huracanes ha advertido de una posible tormenta tropical en el Sureste, especialmente alrededor de Carolina del Sur.
También fuertes tormentas eléctricas provocaron al menos tres decesos en el centro de Nueva Jersey, entre ellos, dos hombres de Plainfield que murieron cuando un árbol cayó sobre un vehículo en el que viajaban bajo el mal tiempo, según una publicación de la ciudad en Facebook.
Los hombres tenían 79 y 25 años, dijeron las autoridades. Hasta el momento, no han sido identificados públicamente.
“Nuestros corazones están apesadumbrados hoy”, dijo el alcalde, Adrian O. Mapp, en un comunicado. “Esta tragedia es un recordatorio aleccionador del poder de la naturaleza y de la fragilidad de la vida”.
La ciudad canceló su desfile, concierto y espectáculo de fuegos artificiales planeados para el 4 de julio. Mapp dijo que las “devastadoras” tormentas habían dejado “profundas cicatrices y daños generalizados” en la comunidad de más de 54,000 habitantes, y que era un momento para “reagruparnos y enfocar toda nuestra energía en la recuperación”.
El viernes, se reportaron cortes de energía continuos y árboles caídos en todo el sur de Nueva Inglaterra, donde cayeron grandes cantidades de granizo en algunas comunidades. Hubo informes de autos que derraparon hasta salirse de la carretera en el noreste de Connecticut.