La población detenida por razones migratorias en tres centros de Florida aumentó 111 % entre enero y junio de 2025, en comparación con los niveles previos a la toma de posesión del presidente Donald Trump, según un informe publicado este lunes por Human Rights Watch (HRW).
En el informe titulado “Sientes que tu vida se acabó: prácticas abusivas en tres centros de detención de inmigrantes de Florida desde enero de 2025”, Human Rights Watch documenta las condiciones “degradantes, inhumanas y potencialmente mortales” a las que han sido sometidos miles de inmigrantes detenidos en el Centro de Procesamiento de Servicios Krome North (Krome), el Centro de Transición de Broward (BTC) y el Centro de Detención Federal de Miami (FDC).
Los testimonios de detenidos recopilados por la organización, describen «celdas de procesamiento heladas, donde las personas son obligadas a dormir en pisos de concreto sin mantas, con un solo baño expuesto y sin privacidad». En Krome, las celdas diseñadas para 66 personas albergan hasta 155, y se ha instalado una carpa gigante en el patio para acomodar a más detenidos. Las mujeres, aunque Krome es un centro para hombres, son recluidas en condiciones insalubres, con baños cubiertos de heces y sin acceso a productos de higiene menstrual.
«Negligencia médica y muertes bajo custodia»
El informe documenta múltiples casos de «negación de medicamentos y atención médica urgente». Según HRW, Maksym Chernyak, un ucraniano de 44 años, murió después de que el personal «ignorara sus síntomas de presión arterial alta y dolor en el pecho». Marie Ange Blaise, una haitiana de 44 años, «sufrió un colapso en BTC y falleció tras una respuesta tardía de los guardias».
Además, señala que otros detenidos con enfermedades crónicas, como diabetes y VIH, «han sido privados de sus medicamentos, lo que ha exacerbado sus condiciones».
Los relatos incluyen incidentes de «violencia y humillación». La organización detalló que en FDC, un grupo de detenidos «fue obligado a comer con las manos atadas, «como perros», después de esperar horas por comida». En otro caso, mencionaron que guardias de FDC «utilizaron granadas aturdidoras y golpearon a detenidos que protestaban por la falta de atención médica». Además, reportan «registros invasivos sin justificación y burlas por parte del personal».
El informe vincula estas prácticas con políticas federales y estatales, como la Laken Riley Act, que amplía la detención obligatoria de inmigrantes, y acuerdos que autorizan a la policía local a colaborar con ICE. Asimismo, HWR alerta que leyes estatales como SB 1718 y SB 4-C «han creado un clima de miedo, disuadiendo a los inmigrantes de buscar atención médica o interactuar con autoridades».
Llamado a la acción
Human Rights Watch urge al gobierno federal a «terminar con los acuerdos e implementar alternativas a la detención y garantizar condiciones dignas en los centros».
En este sentido, pide a Estados Unidos a «poner fin a la detención migratoria» como respuesta estándar en las redadas cada vez más extensas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), y a priorizar alternativas comunitarias para las personas detenidas.
La agrupación solicitó al el ICE «atienda de manera inmediata las condiciones abusivas documentadas en los centros de detención, garantizando el acceso a atención médica y de salud mental, además de establecer una supervisión independiente que controle el trato a los detenidos».
“El gobierno estadounidense está deteniendo a muchas personas que no representan una amenaza para la seguridad pública en condiciones que violan los derechos humanos fundamentales y la dignidad”, afirmó Belkis Wille, directora adjunta de crisis y conflictos de Human Rights Watch. “Estados Unidos tiene la responsabilidad de tratar a todas las personas bajo su custodia con dignidad y humanidad”.