Una polémica revelación de Osmel Sousa, el reconocido «zar de la belleza», puso nuevamente en tela de juicio la transparencia de los certámenes de belleza.
Durante una entrevista en «Entre Pelos Podcast», Sousa insinuó que la victoria de Venezuela en el Miss Universo de 2013 en Rusia, donde María Gabriela Isler fue coronada, pudo no haberse debido al talento o el azar, sino a un presunto acuerdo tras bastidores que involucró a un millonario ruso, intereses petroleros y un diamante de gran valor.
Aunque Sousa no especificó nombres ni fechas exactas, la única Miss Universo venezolana coronada en territorio ruso fue María Gabriela Isler en Moscú en 2013. Según el relato de Sousa, durante su estancia en Rusia, la entonces candidata Isler conoció a un empresario ruso con intereses en el negocio petrolero. Este empresario, al parecer, buscaba establecer contacto con el presidente de PDVSA de la época, en ese entonces Rafael Ramírez.
Sousa afirma que Isler facilitó un contacto clave para este empresario, lo que resultó en un exitoso acercamiento. En agradecimiento, el millonario supuestamente «devolvió el favor» al día siguiente, entregándole a la modelo un diamante cuadrado y prometiéndole la corona para la candidata venezolana. Esta explosiva declaración sugiere una posible manipulación del certamen, donde intereses económicos habrían influido en el resultado final.