El Gobierno de Nicolás Maduro exigió este miércoles a la Organización de Naciones Unidas (ONU) que “actúe de forma inmediata y contundente” para detener la “masacre” en la Franja de Gaza.
En un comunicado difundido en Telegram, la Cancillería venezolana expresó su “más profunda indignación y condena absoluta ante la barbarie sistemática que el régimen sionista de Israel continúa ejecutando contra el pueblo palestino”.
A juicio del Ejecutivo venezolano, el Gobierno de Benjamín Netanyahu “se ha convertido en una maquinaria criminal comparable, por su crueldad, a los crímenes más atroces del siglo XX”.
“Pero mientras el nazismo actuaba en la sombra, el sionismo perpetra un exterminio a plena luz del día, burlándose de la conciencia de la humanidad y del Derecho Internacional”, añade el texto.
El comunicado también denuncia que Israel “ejecuta una de las prácticas más inhumanas conocidas”: el “asesinato deliberado de civiles en los centros de distribución de alimentos”.
“Cientos de personas han sido ejecutadas a sangre fría mientras buscaban comida o agua. Familias enteras han sido blanco de francotiradores y drones, como parte de una política de exterminio planificada, ejercida con total impunidad”, afirmó.
Además, el Gobierno venezolano acusó a la administración de Netanyahu de intensificar la “anexión ilegal de territorios palestinos en Cisjordania en abierta y reiterada violación del Derecho Internacional”. Según el texto, esta conducta “infringe la Cuarta Convención de Ginebra, contraviene resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y constituye un crimen de agresión, apartheid y colonialismo”.
“Venezuela exige a las Naciones Unidas que actúe de forma inmediata y contundente. La Asamblea General y el Consejo de Seguridad deben detener esta masacre, frenar la anexión ilegal y garantizar que Netanyahu, sus colaboradores y todos los responsables enfrenten la justicia. No hay impunidad eterna: más temprano que tarde, deben ser juzgados y condenados”, subraya el documento.
Finalmente, el Ejecutivo venezolano reafirmó su “apoyo firme, inquebrantable y militante al derecho del pueblo palestino a constituir un Estado libre, soberano e independiente, con las fronteras anteriores a 1967 y Jerusalén Oriental como su capital, conforme al Derecho Internacional y a las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas”.