El diputado de la Asamblea Nacional y excandidato presidencial de Venezuela, Henrique Capriles Radonski, reiteró su postura en contra de una intervención militar en el país, calificándola como una medida con graves consecuencias.
En sus declaraciones a la BBC, Capriles enfatizó que su oposición a la guerra no significa un apoyo al gobierno de facto, sino un enfoque en la protección de la vida de los venezolanos.
Capriles, quien se encuentra en Venezuela, aseguró que su visión se basa en principios como las normas de las Naciones Unidas y su convicción personal de ser «antiguerra». Criticó a quienes, desde fuera del país, hablan «con ligereza de las intervenciones militares», sin considerar las consecuencias devastadoras.
El líder político sostuvo que las guerras «no son buenas», y que la única vía sensata es la negociación. «La política es el arte de la negociación», afirmó, insistiendo en que «todos los esfuerzos siempre deben evitar la guerra».
Defensa de la soberanía popular y búsqueda de soluciones
Aunque Capriles defendió la soberanía territorial, también fue enfático en defender la soberanía popular, desconociendo los resultados de las elecciones del 28 de julio.
El excandidato presidencial señaló que no hay indicios de una «fractura interna» en el chavismo, lo que obliga a la oposición a buscar otras alternativas. Se preguntó: «¿Qué hacemos? ¿Cómo destrancamos este juego?».
Advirtió que la mayoría de las personas que abogan por una solución militar no residen en Venezuela y no comprenden el costo humano que implicaría. «Se pierden vidas humanas», puntualizó, y alertó que sería un error pensar que una intervención de esa naturaleza no generaría resistencia.
«¿Las soluciones de fuerza en qué se traducen? La mayor parte de las personas que quieren una solución militar y que llegue una invasión de Estados Unidos, no viven en Venezuela. Ni siquiera miden cuáles son las consecuencias de ello. Se pierden vidas humanas», remató.