La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, reiteró este martes su política de «no intervención», a propósito de la escalada de tensiones entre EE. UU. y Venezuela, a razón del envío de buques de parte de Washington al Caribe.
Durante una rueda de prensa, a la mandataria se le preguntó sobre cuál era su posición en torno a la posibilidad de una intervención estadounidense en Venezuela. A esta interrogante, contestó: «Ya lo hicimos, ya nos posicionamos: no intervención… Nosotros estamos en contra de las intervenciones, esa siempre va a ser nuestra posición».
Según Shainbaum, la Constitución de México establece que el «no al intervencionismo» siempre va a ser «nuestra posición».
#MañaneraDelPueblo desde Palacio Nacional. Martes 26 de agosto 2025 https://t.co/9qvvSnE6sQ— Gobierno de México (@GobiernoMX) August 26, 2025
«Nuestra posición, puede uno estar de acuerdo con un Gobierno o no, pero nunca vamos a estar a favor de la intervención de un gobierno extranjero en un país soberano. Repito, esa debe ser la posición de cualquier presidente de México», acuñó la presidenta.
La semana pasada, había expresado esta misma postura, tras conocer el envío de buques de guerra a cerca de aguas venezolanas. «No al intervencionismo. Eso no solamente es convicción, sino que está en la Constitución», pronunció de manera escueta.
Más buques de guerra
En las últimas horas, se conoció que Estados Unidos ordenó el despliegue de más embarcaciones militares hacia el sur del Caribe como parte de la estrategia del presidente Donald Trump para enfrentar a los carteles de la droga latinoamericanos.
Según informaron fuentes conocedoras del operativo a Reuters, el USS Lake Erie, un crucero de misiles guiados, y el USS Newport News, un submarino de ataque rápido con propulsión nuclear, llegarán a la región a comienzos de la próxima semana.
Las fuentes, que solicitaron mantener el anonimato, no ofrecieron detalles sobre la misión específica, pero señalaron que el movimiento busca contrarrestar a “organizaciones narcoterroristas” designadas como amenaza para la seguridad de Estados Unidos.
Este refuerzo se suma a un despliegue previo anunciado la semana pasada, que incluyó el envío de un escuadrón anfibio compuesto por los buques USS San Antonio, USS Iwo Jima y USS Fort Lauderdale, con unos 4.500 efectivos a bordo, entre ellos 2.200 infantes de marina. Estas unidades tenían previsto arribar a las costas venezolanas el domingo.
Con estas medidas, Washington busca intensificar la presión contra redes de narcotráfico que, según las agencias estadounidenses, «han expandido sus operaciones en el Caribe y representan una amenaza directa a su seguridad nacional».