Aunque las extensiones de pestañas se han popularizado como tendencia estética en los últimos años, especialistas advierten que su uso frecuente puede representar riesgos significativos para la salud ocular.
Las pestañas naturales cumplen funciones esenciales: protegen el ojo de partículas externas, desvían el aire y mantienen la lubricación. Sin embargo, el procedimiento de adherir fibras naturales o sintéticas con pegantes especializados puede provocar irritaciones, reacciones alérgicas e incluso infecciones graves como conjuntivitis o queratoconjuntivitis, si el adhesivo entra en contacto directo con el ojo.
Un estudio reciente reveló que el 75% de los pegantes profesionales analizados liberan formaldehído, un químico considerado cancerígeno. Además, la aplicación en espacios con deficientes condiciones de higiene puede aumentar el riesgo de blefaritis, orzuelos o infestaciones de ácaros.
Aunque existen alternativas como los sueros de crecimiento, estos también presentan efectos secundarios, como cambios en el color del iris o pérdida de tejido graso periocular, lo que modifica la apariencia del rostro.
Los expertos recomiendan que, en caso de optar por este tipo de procedimientos, se acuda exclusivamente a salones especializados que cumplan con protocolos de higiene rigurosos, y se evite su uso prolongado o frecuente para preservar la salud visual.
Con información de Versión Final.