El debate sobre la seguridad de las criptomonedas como medio de pago sigue abierto. El especialista en finanzas corporativas, Carlos Jaramillo, explicó que las stablecoins representan una alternativa particular dentro de este mercado, ya que “no fluctúan, porque son emitidas por entes privados, lo que hace que se pueden transformar en instrumentos para operaciones comerciales”.
No obstante, subrayó que todavía existen vacíos que deben resolverse tanto por parte de las corporaciones emisoras como de los actores privados que participan en el ecosistema digital. Según señaló, el sistema requiere generar “una serie de controles y mecanismos en general” para robustecer su seguridad.
El dilema de la trazabilidad
Jaramillo planteó que una de las principales inquietudes surge en el momento en que se recibe un pago en criptomonedas. “Cuando tú recibes un pago en cripto, una de las grandes preguntas que se hace tu banco es: ¿y quién te lo pagó? ¿Y de dónde viene ese dinero? ¿Ese dinero es legal? ¿Ese dinero no es legal?”, comentó.
Este cuestionamiento refleja la necesidad de contar con protocolos de trazabilidad más sólidos, que permitan dar certeza a las operaciones y despejar dudas sobre la procedencia de los fondos.
Criptomonedas en el día a día venezolano
Sobre el uso cotidiano en Venezuela, el experto sostuvo que el país ha visto un crecimiento acelerado de las transacciones con criptomonedas, debido a que se han convertido en un mecanismo para adquirir divisas con relativa facilidad y rapidez.
“Por canales no tan obvios, la gente puede esperar hasta 15 días en que su dinero le llegue a un proveedor en HongKong. Aquí le llega en minutos”, explicó.
Venezuela y la rápida adopción tecnológica
Jaramillo también resaltó que la sociedad venezolana se caracteriza por adoptar con rapidez las innovaciones. “Si algo ha caracterizado a Venezuela toda la vida es que las tecnologías aquí entran muy rápido. Aquí la gente no le tiene miedo a la tecnología y esto está muy asociado obviamente a la tecnología”, afirmó.
Con información de Mundo UR.