La Armada de EE. UU. mantiene retenidos en uno de los buques de guerra a dos sobrevivientes del más reciente ataque que llevó cabo en el mar Caribe contra una nueva «narcolancha», hecho que dejó otras dos personas muertas, revelaron este viernes a Reuters fuentes ligadas al asunto.
Dicha información plantea la posibilidad de que los sobrevivientes del bombardeo sean los primeros prisioneros de guerra desde que Washington inició su operativo contra la «amenaza narcoterrorista».
Uno de los informantes dijo que el navío atacado el jueves «se sumergía», por lo que probablemente era un «semisumergible». Esta embarcación es similar a un submarino usado por los traficantes de droga para pasar desapercibidos.
Antes del jueves, los ataques en el mar Caribe a manos de EE. UU. no habían dejado sobrevivientes. Videos presentados por la administración Trump mostraban la destrucción de embarcaciones.
Igualmente, habían causado la muerte de al menos 27 personas, a quienes la administración Trump califica de “narcoterroristas”. Los hechos han generado alarma entre expertos legales y legisladores demócratas, que cuestionan si estas acciones se ajustan a las leyes de la guerra.
Por su parte, el gobierno estadounidense argumenta que el país está involucrado en una guerra contra grupos vinculados al narcotráfico presuntamente procedentes de Venezuela, por lo que considera sus acciones legítimas.
Estos ataques ocurren en medio del despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe, que incluye destructores de misiles guiados, aviones de combate F-35 y alrededor de 6.500 soldados, lo que ha incrementado las tensiones entre Caracas y Washington.
Autorización a la CIA
El miércoles, Trump confirmó los reportes de que autorizó a la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) a llevar a cabo operaciones encubiertas en Venezuela.
Durante una declaración desde la Casa Blanca, el mandatario indicó que autorizó la acción por dos razones principales. En primer lugar, afirmó que Venezuela presuntamente ha estado liberando a gran número de presos, incluidos individuos de centros de salud mental, que habrían ingresado a Estados Unidos, en parte por lo que él describió como una política de “fronteras abiertas”.
“Los estamos devolviendo, pero eso es algo muy grave. Lo hicieron a un nivel que probablemente muchos países también lo han hecho, pero no como Venezuela. Ellos fueron los peores, lo hicieron de forma sucia”, insistió.
La segunda razón, añadió, es la gran cantidad de drogas que, según él, ingresan a Estados Unidos desde Venezuela, gran parte por vía marítima.
Al ser consultado sobre si la CIA está autorizada para llevar a cabo una acción contra Nicolás Maduro, el líder republicano evitó responder: “No quiero responder una pregunta como esa. Sería una pregunta ridícula para que yo respondiera. Bueno, no exactamente ridícula, pero ¿no sería ridículo que yo la respondiera?”.
A pesar de ello, Trump afirmó que Venezuela “está sintiendo la presión” de Estados Unidos, al igual que “otros países”, y reiteró que no permitirá que el territorio estadounidense “sea destruido”.
“Nos han enviado a los peores: prisioneros, personas con enfermedades mentales graves, delincuentes peligrosos… y no lo vamos a permitir. Así que, bueno, es una de esas cosas. Y puedo decirle que nos estamos encargando del mar. No hay nadie —estamos vigilando—, y si lo vemos, actuaremos”, enfatizó.