El presidente de la Asamblea Nacional y jefe del Diálogo y la Paz de Venezuela, Jorge Rodríguez, denunció este lunes que el gobierno venezolano advirtió a Estados Unidos sobre una supuesta “grave amenaza” dirigida contra la Embajada de Estados Unidos en Caracas.
En una publicación en su cuenta de Instagram, Rodríguez aseguró que por tres vías distintas se notificó al gobierno de Washington sobre una presunta operación de “falsa bandera” que estaría siendo organizada por “sectores extremistas de la derecha local”, con el fin de «colocar explosivos letales en la sede diplomática norteamericana».
El funcionario agregó que también se comunicó la información a una embajada europea, sin especificar cuál, para que hiciera llegar la advertencia a los diplomáticos estadounidenses en Venezuela.
Además, Rodríguez señaló que el Ejecutivo nacional «reforzó las medidas de seguridad» en los alrededores de la embajada de EE. UU., asegurando que el gobierno de Nicolás Maduro “respeta y protege” a todo el personal diplomático acreditado en el país.
La denuncia se produce en medio de crecientes tensiones entre Estados Unidos y Venezuela por las operaciones militares en el Caribe, que en las últimas semanas han dejado al menos 21 muertos, sumando el más reciente ataque de EE. UU. en el que murieron cuatro personas.
Estas acciones se dan tras el al aumento del despliegue militar estadounidense en el Caribe, con ocho buques de guerra, un submarino nuclear y más de 4.500 soldados bajo el Comando Sur. Caracas ha denunciado que dichas operaciones constituyen una «amenaza directa a su soberanía».
El contexto regional se ha tensado aún más tras el anuncio de Trump de que evalúa una “fase dos” de la lucha antinarcóticos en el Caribe y la notificación al Congreso estadounidense de que el país se encuentra “en conflicto armado” contra los cárteles de la droga, algunos de los cuales Washington vincula con altos mandos venezolanos.
La administración de Maduro ha calificado las maniobras y declaraciones de Estados Unidos como una “escalada provocadora”, mientras que el gobierno norteamericano insiste en que sus operaciones buscan “proteger al pueblo estadounidense” del narcotráfico procedente de la región.