Trump ha sido informado por altos funcionarios sobre diversas opciones de acción en Venezuela, incluyendo ataques a instalaciones militares o gubernamentales e incursiones de operaciones especiales. La opción de no hacer nada también sigue vigente.
Existe cierta oposición pública a la intervención estadounidense en la región. Según una encuesta de CBS News/YouGov publicada el domingo, el 70% de los estadounidenses se opone a que Estados Unidos emprenda acciones militares en Venezuela, en comparación con el 30% que está a favor. El 76% de los encuestados afirma que la administración Trump no ha explicado claramente la postura estadounidense sobre la acción militar.
Oficialmente, la administración Trump afirma estar trabajando para reducir el flujo ilegal de migrantes y drogas, pero el cambio de régimen es un posible efecto secundario de esos esfuerzos. Trump espera que la presión sea suficiente para obligar a Maduro a dimitir sin tomar medidas militares directas, según un funcionario estadounidense.
Trump ha expresado cierta disposición a una solución diplomática, declarando la semana pasada que Maduro “quisiera hablar” y posteriormente sugiriendo que estaría dispuesto a hablar con él “en un momento determinado”.
La Casa Blanca no respondió de inmediato a la solicitud de comentarios de CNN sobre el estado de una posible conversación entre Trump y Maduro, recoge CBS News.
En una señal de la escalada de tensiones, Estados Unidos realizó el jueves su mayor despliegue militar cerca de Venezuela, con al menos seis aeronaves estadounidenses que aparecieron frente a la costa del país en el transcurso de varias horas, incluyendo un caza supersónico F/A-18E, un bombardero estratégico B-52 y un avión de reconocimiento, según una revisión de CNN de datos de vuelo de código abierto.
Y varias aerolíneas internacionales han cancelado sus vuelos desde Venezuela después de que la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos advirtiera sobre una “situación potencialmente peligrosa” al sobrevolar el país, según Reuters.



