Richard Grenell, enviado Especial del Presidente para Misiones Especiales de Estados Unidos, defendió la disposición de Donald Trump de entablar conversaciones con su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, desestimando las críticas que tildan el diálogo como una posición de debilidad.
«No creo que hablar con Maduro sea una posición débil. Y mucha gente me criticó duramente por decir que es débil ir a hablar con él. Estoy totalmente en desacuerdo», apuntó Grenell.
El enviado especial comparó este enfoque con la disposición para hablar con otros adversarios como Kim Jong-un. En tal sentido, el exembajador de Estados Unidos en Alemania aseguró que su estilo de negociación se enmarca en la filosofía de priorizar los intereses de EE. UU. «Si pudieran verme y oírme hablar con ellos, se sentirían muy orgullosos de un impulso de primero Estados Unidos», afirmó.
Grenell recordó su experiencia en el servicio exterior para sustentar su postura. Relató que la Canciller Merkel lo reprendió una vez por no «darles un respiro», a lo que él replicó con firmeza: «Con el debido respeto, señora, usted tiene un embajador en Washington. Yo estoy aquí por el pueblo estadounidense. Trabajo para el pueblo estadounidense. Ellos pagan mi salario. Quiero que nuestra embajada sea la mejor para Estados Unidos. Realmente no me importan demasiado los problemas alemanes».
Con esto, Grenell enfatizó que su lealtad es únicamente con los intereses de la Casa Blanca y el pueblo estadounidense, un principio que aplica a cualquier conversación con líderes extranjeros.



