El Gobierno de Venezuela anunció este lunes la ruptura inmediata de todos los acuerdos energéticos con Trinidad y Tobago, tras acusar a ese país de participar en el presunto robo de petróleo venezolano en colaboración con la administración estadounidense.
En un comunicado oficial fechado el 15 de diciembre, Caracas denunció que el pasado 10 de diciembre un buque que transportaba crudo venezolano fue asaltado por fuerzas estadounidenses, en lo que calificó como un «acto de piratería» y una «grave violación del derecho internacional y de los principios de libre navegación y comercio».
La declaración también acusa a la primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, de mantener una «agenda hostil» contra Venezuela, incluyendo la instalación de radares militares estadounidenses en su territorio, supuestamente utilizados para vigilar y acosar embarcaciones venezolanas. Según el texto, el país caribeño se habría convertido en una «plataforma de agresión» contra la soberanía venezolana.



