Expertos alertan a la Casa Blanca que un conflicto con Venezuela sería más costoso y complejo de lo previsto, debido a los sistemas de defensa aérea de origen ruso que podrían detectar y amenazar a los aviones furtivos más avanzados, como el F-35.
La tensión entre Estados Unidos y Venezuela ha escalado en las últimas semanas, aumentando la posibilidad de un enfrentamiento militar directo.
La administración de Donald Trump ha incrementado la presión sobre Caracas mediante el despliegue de fuerzas navales cerca de sus costas y operaciones contra presuntos barcos narcotraficantes.
Este ambiente de confrontación ha llevado a los analistas a evaluar los riesgos reales de una intervención.
Según el informe de la revista The National Interest, aunque Estados Unidos posee una superioridad tecnológica y táctica sobre Venezuela, la cooperación militar formal entre Caracas y Moscú ha equipado al ejército venezolano con sistemas que podrían complicar significativamente las misiones estadounidenses.
Esta colaboración ha provisto a Venezuela de tecnología capaz de desafiar uno de los mayores privilegios del Ejército estadounidense, es decir: la tecnología de cazas furtivos.
La defensa de Venezuela
Un elemento clave de preocupación para EE.UU. es la reciente afirmación del ministro de defensa venezolano de que sus radares han logrado detectar cazas furtivos estadounidenses F-35B.
De ser cierta, esta hazaña se atribuiría muy probablemente a tecnología rusa, como el sistema de defensa aérea S-300VM. Este sistema utiliza radares que operan en frecuencias VHF y UHF, más sensibles para detectar aviones furtivos que los radares de alta frecuencia para los que el F-35 fue originalmente diseñado para evadir.
Venezuela ha integrado estos sistemas rusos modernos con su arsenal más antiguo, como los radares P-18 Spoon Rest, para crear una Red Integrada de Defensa Aérea.
Contramedidas
Al fusionar datos de múltiples fuentes, esta red puede compensar algunas de las debilidades individuales de sus componentes y aumentar la probabilidad de detectar un F-35 a distancias que, según los expertos, podrían oscilar entre 100 y 200 kilómetros.
Sin embargo, los analistas subrayan que la detección no equivale a la destrucción.
El F-35B cuenta con sofisticadas contramedidas electrónicas, capacidad de volar a baja altura y sistemas para interferir los radares, lo que dificultaría enormemente un derribo exitoso.
Además, se señala que la efectividad real de la defensa venezolana, una mezcla de equipos de diversa calidad y procedencia, es inferior a la de los sistemas rusos originales y no está exenta de fallos.
No obstante, la advertencia final para Washington es clara: subestimar las capacidades venezolanas podría resultar en un conflicto más prolongado y costoso de lo esperado.
Tomado de Política y Poder.