La euforia que dominaba el mercado del bitcóin a comienzos del último trimestre del año se evaporó con la misma velocidad con la que la criptomoneda tocó máximos históricos en octubre. Pese al renovado respaldo de grandes instituciones financieras y a un entorno político favorable, el activo digital estrella perdió impulso de manera abrupta, dejando un saldo de USD 600.000 millones en valor de mercado volatilizados desde su punto más alto, según cálculos de Bloomberg.
Después de superar los USD 126.000 el mes pasado, el bitcóin no solo retrocedió con fuerza, sino que llegó a borrar todas sus ganancias acumuladas en 2025 antes de estabilizarse ligeramente este lunes en la sesión asiática. El quiebre del repunte llegó en un año que muchos analistas consideraban fundamental para consolidar la legitimidad del criptoactivo.
El frenazo llega a pesar del entusiasmo institucional
La llegada de capitales de Wall Street, la entrada de fondos cotizados en bolsa orientados al bitcoin y el apoyo abierto del Gobierno de Donald Trump habían alimentado expectativas de un crecimiento sostenido. Pero el mercado tomó el camino contrario: el retroceso ocurrió sin un catalizador evidente y con una rapidez que tomó por sorpresa incluso a operadores experimentados.
Mientras los precios caían, el nerviosismo se instaló en mesas de negociación y redes sociales. Traders repasaban patrones pasados y buscaban señales en los ciclos históricos del activo, aunque sin un marco de referencia tradicional que ofrezca claridad. Sin correlaciones estables ni metodologías de riesgo ampliamente probadas, muchos volvieron la mirada hacia el conocido ciclo de reducción a la mitad, que ocurre aproximadamente cada cuatro años.
La más reciente “halving” se produjo en abril de 2024, y el máximo registrado en octubre encajó con ese ritmo. No obstante, la creciente participación de inversionistas institucionales ha puesto en duda que este esquema siga siendo una guía confiable.
Temor a repetir el ciclo de cuatro años
En medio de la inquietud, surgieron voces que anticipan más presión bajista. Matthew Hougan, director de inversiones de Bitwise Asset Management, advirtió que el mal ánimo entre los pequeños inversionistas podría prolongar el retroceso:
“El sentimiento en el cripto minorista es tan malo que todavía podría haber algún retroceso en el mercado”, afirmó. Añadió que muchos operadores temen otra caída profunda:
“La gente teme que se repita el ciclo de cuatro años y no quiere vivir otro retroceso del 50%. La gente se está adelantando a eso saliendo del mercado”.
El descenso también refleja un fuerte desgaste. Inversionistas minoristas quedaron golpeados tras perseguir acciones relacionadas con criptomonedas en los picos del mercado. A esto se sumó la escalada repentina de tensiones comerciales a inicios de octubre, que desencadenó liquidaciones en un escenario de apalancamiento elevado. El resultado: un mercado sobrepasado en expectativa y carente de convicción.
Relato alcista debilitado y señales mixtas
A mitad de año, los ETF habían captado miles de millones, consolidando la idea de que el bitcoin podría funcionar como cobertura macroeconómica. Las políticas de Trump reforzaron ese optimismo, pero los flujos se enfriaron. Algunos grandes tenedores redujeron sus posiciones, y compañías vinculadas al sector —incluidas firmas como Strategy Inc.— operan hoy casi al mismo valor que sus reservas en bitcoin, una señal de debilitamiento de la confianza.
El analista Jake Kennis, de la firma Nansen, sostiene que la dinámica actual responde menos a factores técnicos internos y más a condiciones del entorno global:
“En este momento, el Bitcóin cotiza mucho más como un macroactivo incrustado en carteras institucionales, respondiendo a la liquidez, la política y la dinámica del dólar más que a shocks de oferta mecánicamente predecibles”, señaló.
Aunque el ecosistema presume una mayor profesionalización, el mercado continúa moviéndose por sensaciones. Y esas sensaciones, por ahora, son negativas. El apetito por el riesgo decae, las altcoins acumulan pérdidas significativas y ni el impulso político de Trump ha logrado aislar al sector de la debilidad económica global o de la competencia con nuevas tendencias especulativas, como la inteligencia artificial, las stablecoins y los mercados de predicción.
Expertos anticipan más caídas
El estratega senior de Bloomberg Intelligence, Mike McGlone, comparó el comportamiento del bitcóin con el de un termómetro del riesgo global:
“El oro y las acciones cerca de máximos históricos, el bitcóin es la ‘punta del iceberg de los activos de riesgo y se está derritiendo’”, sostuvo, antes de advertir: “Espero que el bitcóin y la mayoría de las criptomonedas sigan cayendo”.
Aunque la criptomoneda aún mantiene ganancias importantes desde la elección de Trump, la brusca corrección ha frustrado a quienes proyectaban que el activo alcanzaría los USD 200.000 antes de finalizar el año. Para un mercado que esperaba que políticas favorables, adopción masiva y mayor infraestructura financiera impulsaran un nuevo ciclo alcista, la pregunta ahora es otra: si no despega en este contexto, ¿cuándo lo hará?
Eric Balchunas, analista de ETF de Bloomberg Intelligence, planteó que el propio temor de los operadores podría estar reforzando patrones antiguos: “Hace que se produzca el ciclo de cuatro años”, indicó. No obstante, reconoció la posibilidad de un cambio estructural:
“Los ritmos típicos pueden desviarse un poco, o desviarse definitivamente”.
La clave podría estar en la liquidez global
Para Derek Lim, jefe de investigación del creador de mercado cripto Caladan, los repuntes históricos —como los de 2017 y 2021— no se explican solo por las reducciones a la mitad, sino por un catalizador más profundo: “un impulsor más poderoso y fundamental: la liquidez global”.
A su juicio, este efecto podría regresar ahora que concluyó el cierre del Gobierno estadounidense.
Con información de Bloomberg Línea.



