Kristin Cabot, exdirectora de Recursos Humanos de la empresa tecnológica Astronomer, habló por primera vez públicamente sobre el episodio que la expuso a nivel mundial tras aparecer en la pantalla gigante de un concierto de Coldplay abrazando a su entonces jefe, Andy Byron, exdirector ejecutivo de la compañía. El momento, ocurrido en julio pasado, se viralizó en redes sociales y terminó con la salida de ambos de la empresa.
Cabot, de 53 años, renunció a su cargo poco después de que Byron presentara su dimisión, luego de que Astronomer anunciara la suspensión del CEO y el inicio de una investigación interna por el incidente.
En una entrevista concedida recientemente a The New York Times, Cabot relató el impacto personal y profesional que tuvo la difusión del video. Contó que, tras hacerse pública su identidad, su información privada fue divulgada y comenzó a recibir decenas de llamadas diarias. Durante semanas, paparazzi permanecieron frente a su vivienda y vehículos recorrían su calle lentamente, una situación que describió como “un desfile constante”. Además, aseguró haber recibido amenazas de muerte.
Cinco meses después del episodio, dijo que sus hijos evitan aparecer en público con ella. Relató que, poco antes del Día de Acción de Gracias, una mujer la reconoció mientras cargaba gasolina y la insultó. Tras hablar con familiares y amigos sobre la posibilidad de romper el silencio, decidió contar su versión de los hechos.
Cabot negó haber mantenido una relación sexual con Byron y aseguró que, antes de esa noche, ni siquiera se habían besado.
“Tomé una mala decisión y me tomé un par de High Noons, bailé y actué de forma inapropiada con mi jefe”, afirmó. “Sé que es algo grave. Asumí la responsabilidad y renuncié a mi carrera por ello. Ese es el precio que elegí pagar”, agregó, señalando que quiere que sus hijos entiendan que es posible equivocarse y seguir adelante.
Criada en Maine en una familia con varios hermanos varones, Cabot se describió como competitiva desde joven. Llegó al área de recursos humanos tras trabajar en publicidad y ventas, y siempre se presentó como una profesional estricta y enfocada en su carrera.
En 2024 conoció a Andy Byron durante una entrevista laboral, cuando él era CEO de Astronomer. Según dijo, en ese momento, llegó a sentir que sus “estilos congeniaban”. En noviembre de ese año asumió el cargo de jefa de personal en la empresa. En un entorno de crecimiento acelerado, mantenían contacto frecuente, incluso varias veces al día.
A inicios de 2025, durante un almuerzo cerca de la oficina en Nueva York, Cabot hizo un comentario sobre su matrimonio. Byron le preguntó qué ocurría y ella le explicó que atravesaba una separación complicada, preocupada por sus hijos. Él le respondió que estaba pasando por una situación similar. Para Cabot, esa coincidencia fortaleció el vínculo profesional y emocional entre ambos.
Aunque admitió que comenzó a desarrollar sentimientos, aseguró que era consciente de los límites: él era su jefe y ella valoraba su trabajo. “No me permití ir demasiado lejos”, dijo.
La noche del concierto ocurrió en medio de su reciente separación. Aceptó salir con amigos para ver a Coldplay más como una excusa para socializar que por el grupo en sí. Invitó a Byron a acompañarla. Antes del espectáculo, cenaron con un grupo reducido de amigos en un restaurante. “Quería ponerme ropa bonita, salir a bailar y reír, y pasar una noche estupenda”, recordó.
Durante el concierto, sentados en un balcón VIP con ambiente reservado, ambos bebieron tequila y, con el avance del espectáculo, comenzaron a comportarse como pareja. Cabot insistió en que esa fue la primera y única vez que se besaron. Cuando su imagen apareció en la pantalla gigante del estadio, dijo que sintió “como si alguien hubiera apagado un interruptor”.
“Me sentí muy avergonzada y horrorizada”, relató. Ambos se refugiaron en un bar del recinto y, antes incluso de salir del estadio, comenzaron a discutir cómo afrontar la situación y comunicarla a la junta directiva.
De madrugada, mientras se encontraban en el apartamento de Cabot en Boston, recibió un mensaje con una captura de pantalla de un video en TikTok. A la mañana siguiente, condujo para hablar con sus hijos antes de que se enteraran por terceros y luego participó en una llamada con la junta de Astronomer. Poco después, la empresa inició formalmente una investigación.
Ese fin de semana, Cabot se aisló en una vivienda alquilada. Días después, Byron presentó su renuncia. Fue entonces cuando su información personal comenzó a circular y su teléfono no dejó de sonar.
Con el paso de los meses, buscó apoyo terapéutico para sus hijos y retomó gradualmente algunas rutinas, como jugar tenis. Más recientemente, dijo haber recuperado algo de ligereza emocional, incluso comprando una camiseta de Victoria Beckham con un mensaje irónico: “Sí, soy yo”.
Cabot y Byron mantuvieron contacto durante el verano, intercambiando mensajes esporádicos sobre sus familias y la empresa. A principios de septiembre acordaron cortar comunicación para poder seguir adelante.
En la entrevista con The New York Times, Cabot también rechazó la idea de que su ascenso profesional estuviera ligado a favores sexuales. Afirmó que trabaja desde los 13 años y que siempre buscó independencia económica. Tras su divorcio en 2018, sostuvo sola a su familia y aseguró sentirse “orgullosa” de ello.
Dijo que antiguos colegas con los que mantenía una relación cercana dejaron de comunicarse y que el acoso más duro que ha recibido provino, en su mayoría, de mujeres.
“Lo que he visto estos últimos meses me hace más difícil creer que todo se deba a que los hombres nos están frenando. Creo que nos estamos frenando tremendamente a nosotras mismas al atacarnos las unas a las otras”, concluyó.
Con información de El Cooperante
