En un mensaje difundido este miércoles con motivo de la Navidad, María Corina Machado, líder de la oposición venezolana y galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2025, aseguró que volverá al territorio nacional para encabezar lo que denominó la «fase definitiva» del conflicto político, al tiempo que adelantó anuncios estratégicos inminentes.
A través de un audio publicado en su cuenta de la red social X, la dirigente se dirigió a la nación prometiendo informar en los «próximos días» sobre las nuevas acciones tácticas.
«Durante los próximos días daremos nuevos pasos, todos necesarios para nuestra victoria. Pasos cuya explicación detallada me voy a reservar en estos momentos por razones que yo sé que nuestra gente entiende mejor que nadie», explicó Machado.
El anuncio más contundente llegó con la promesa de su retorno físico al país: «Pronto, muy pronto, estaré de regreso en Venezuela para concretar, junto a cada uno de ustedes, la fase definitiva de nuestra lucha, una lucha que ya es universal», sentenció, sin ofrecer mayores precisiones sobre la logística de este movimiento.
Machado reconoció el peso de la crisis humanitaria y la represión, valorando los «sacrificios dolorosos» y los «costos muy altos» que enfrenta la ciudadanía. Hizo especial énfasis en los «perseguidos políticos» y sus familias, así como en aquellos que «pasan hambre» y batallan contra la «tragedia económica».
«Esta lucha es por cada uno de ustedes, para poner fin a esta injusticia y por eso jamás los dejaremos solos», prometió la exdiputada, quien considera que el Nobel de la Paz recibido este año es la «mejor prueba» de que los venezolanos están «librando una lucha ejemplar» por «lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia».
Alarma en El Rodeo: «Rehenes del Estado»
Más allá de la estrategia política, Machado emitió una grave denuncia sobre la integridad física de los detenidos en la cárcel de El Rodeo, en el estado Miranda. Según la líder opositora, en las últimas horas ha recibido reportes sobre «amenazas directas» y «sistemáticas» de «ejecución extrajudicial» contra los reclusos.
«Se trata de intimidaciones directas, reiteradas y dirigidas a personas totalmente indefensas, privadas de libertad y bajo custodia estatal», aseveró en su cuenta de X. Machado calificó estas acciones, «emitidas por funcionarios de los órganos represivos del régimen», como «crímenes de lesa humanidad» y advirtió sobre el «riesgo inminente para la vida de personas que hoy se encuentran en condición de rehenes del Estado».
Ante la gravedad del escenario, responsabilizó al Ejecutivo venezolano de «cualquier daño físico y psicológico que ocurra a partir de estas amenazas» y exigió una «acción inmediata» de los organismos internacionales, solicitando específicamente «mecanismos de protección y verificación para prevenir ejecuciones extrajudiciales».
Asimismo, hizo un llamado a los «Gobiernos democráticos y aliados» para que eleven el costo político mediante «medidas urgentes de presión diplomática, monitoreo internacional y advertencias formales para disuadir al régimen de concretar estas amenazas».
«Solicitamos protección inmediata para los presos políticos, acceso a observadores independientes y garantías efectivas de vida e integridad personal. Hay vidas en riesgo hoy», alertó.
El fantasma de los «escudos humanos»
La denuncia de Machado coincide con informes recientes de la ONG Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP). Esta organización reveló esta semana que, según testimonios de familiares, los custodios de El Rodeo I han amenazado a los reclusos con utilizarlos como «escudos humanos» ante el escenario «de una eventual intervención de Estados Unidos en Venezuela».
«Es importante destacar que el uso sistemático del miedo y la intimidación como mecanismos de control profundiza el riesgo real para la integridad física y mental de las personas privadas de libertad», puntualizó la ONG.
Este clima de tensión carcelaria se produce en paralelo al despliegue aeronaval ordenado por Donald Trump en el Caribe y el Pacífico Oriental, operaciones que han resultado en ataques a más de 30 botes presuntamente vinculados al narcotráfico. El Gobierno de Nicolás Maduro ha calificado estas maniobras como una «amenaza» de invasión destinada a forzar un cambio de régimen.
González Urrutia: La Navidad de las «mesas vacías»
Desde el exilio en España, donde reside desde 2024, el líder opositor Edmundo González Urrutia ofreció un mensaje en el que lamentó que la festividad esté marcada por «demasiados hogares» con «mesas vacías».
Para el exembajador, la incapacidad de las familias para «acceder a lo esencial» y la existencia de detenidos «injustamente» son realidades que «expresa una injusticia que no puede normalizarse». Si bien reconoció que la fecha invita a una «reflexión serena», advirtió que la crisis actual «impide cualquier superficialidad».
«En la actual coyuntura nacional adquieren una relevancia ineludible valores que no admiten ambigüedad. Me refiero a la paz, entendida únicamente como resultado de la justicia, la democracia como principio y la libertad como derecho», escribió González Urrutia en X.
El dirigente insistió en la necesidad de avanzar hacia una sociedad donde el «reencuentro nacional sea posible desde la verdad y el Estado de derecho», y donde cesen «las violaciones a los derechos humanos, las restricciones a las libertades individuales». Sostuvo que la esperanza «debe sostenerse en la convicción de que la justicia llega».
El drama de la separación familiar fue ilustrado horas antes por Mariana González, hija del opositor, quien recordó que «esta Navidad no será como siempre». Su esposo, Rafael Tudares, permanece detenido desde el pasado 7 de enero, apenas tres días antes de la toma de posesión de Nicolás Maduro para su tercer mandato consecutivo, tras unos comicios cuestionados por la comunidad internacional.
Con información de EFE.
