A lo largo de años, la humanidad se ha ido diseñando, creando, configurando e constituyéndose a sí misma, de una manera infatigable en un proceso constante que no se agota ni se agotará. Las sociedades, en diversas épocas, han mutado, así como sus instituciones, sus significaciones imaginares (valores, normas, creencias, etc.) y sus fines también lo han hecho correlativamente. Nuestra época, por ejemplo, está marcada profundamente por la omnipresencia y omnipotencia del capital, la técnica, lo razonable, lo cuantitativo y lo tecnológico, a su vez las sociedades que habitan en este espacio de tiempo han de transformarse consumistas, individualistas, y muy superfluas. Y si a esto le sumamos los efectos y vida diaria con la pandemia mundial del Covid-19, encontramos la razón moderna que ha sido relegado a un bajo nivel, dos componentes esenciales para el desarrollo de las sociedades, a saber: la imaginación y la voluntad. Esto da para mucho, y unas cuantas líneas permite argumentar: Una reflexión general antes que termine el año.
La limitación de la imaginación y la voluntad
La imaginación parecía entorpecer la empresa avasalladora de la razón y el afán moderno del control enciclopédico y absoluto de la mayoría de las cosas. Por su parte, la voluntad, parecía codearse con una peligrosa irracionalidad que el vocablo mismo lo dice. Todo esto, alteraba las expectativas creadas con el modelo racional que ha venido sosteniendo el orden social moderno.
Visto así, la imaginación y el poder creador del ser humano se han visto truncados por el sistema en el que estamos insertos. No hay grandes espacio para la creación, para el desarrollo de la imaginación y, a nivel académico, para la reflexión filosófica profunda de la sociedad. Lo operativo, lo rentable, lo eficiente y lo razonable han dominado nuestros espacios de desarrollo. Podríamos decir, que actualmente vivimos en medio de una crisis de la imaginación. A la luz pública, tenemos una forma social modulada por el poder de la razón, de la técnica y del resquebrajamiento de lo ancestral de cara a gestar individuos autónomos, que ha provocado el surgimiento de una sociedad abrumada por la alienación de lo banal, las amenazas nucleares, los brotes xenófobos, entre otro males modernos.
El imaginario social
Es claro que actualmente la sociedad habita en un complejo mundo altamente interconectado, en una dimensión donde las distancias geográficas se redujeron a un clic. Donde las mercancías culturales tienen un holgado alcance gracias a las nuevas tecnologías. Un lugar donde las ciudades y, por supuesto, los individuos son devorados por imágenes publicitarias, marcas o slogans. En este apartado se pretende hacer referencia a los variados imaginarios que deambulan cotidianamente, de manera silenciosa pero eficaz, en la amplia parrilla de contenidos que ofrecen los medios masivos de comunicación. Portales, influencer, programas radiales, avisos publicitarios, películas, telenovelas y series de televisión, son algunos de los soportes en donde los imaginarios peregrinan a sus anchas cada día.
Uno de los muchos imaginarios sociales por el que deambulan las sociedades actuales es el de alcanzar la felicidad gracias al dinero. En una sociedad capitalista, este imaginario se hace fácilmente dominante, ya que (re)aparece sin agotarse en los diversos medios de comunicación y en cada paso que damos dentro de cada ciudad. Cuando dejamos nuestras casas para emprender el rumbo en nuestro viaje repetitivo de la cotidianidad, somos devorados incesantemente por marcas, productos y publicidades que refuerzan este imaginario que crece y se refuerza constantemente. Esta cuestión se hace más preocupante al observar que el sentido crítico y reflexivo, que debían fomentar las instituciones educativas, se ha perdido en el fondo de las estanterías, para transformarse en corporaciones adoctrinantes, salvo unas pocas universidades y escuelas que navegan contracorrientes para formar a estudiantes integrales, lúcidos y críticos.
Las sociedades modernas híper tecnologizadas y mediatizadas, están expuestas constantemente a una inducción, refuerzo y desacreditación de diversas imaginarias sociales. Éstas (re)aparecen sin cesar en las variadas plataformas que ofrecen las nuevas tecnologías; por esta razón las sociedades están constantemente azotadas de ciertas estructuras imaginarias que constituyen y mantienen el dominio mediático sobre nuestra sociedad.
El tema da para más, Por eso, en próximas entregas nos adentraremos con más detalles sobre este espinoso tema.
POST SCRIPTUM: Se nos fue el año 2023. Un año duro por razones obvias. Sin embargo, en el momento difícil debemos mantener el optimismo de que vendrán mejores tiempos. El próximo año será movido. Y allí estaremos para enfrentar con creces cada nuevo reto planteado. Agradecido con este portal en su apoyo por difundir nuestras ideas. Gracias en verdad. A ustedes lectores, agradecido por la atención a mis escritos. Nos volveremos a leer después del 8 de Enero. Y recuerden, la vida es un viaje, hagamos de él, uno maravilloso. ¡Feliz navidad y venturoso año 2024!.
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Administrador, con Especialización en Gerencia y Comunicación Política. Consultor Político. Locutor en #LVC1040AM. Articulista. Ex Concejal de San Diego, Edo.Carabobo. Más de 20 años de experiencia en cargos gerenciales de la Administración Pública. CEO de @FocoYEmprendo