Nicolás Maduro, este domingo en el palacio de Miraflores de Caracas.MATÍAS DELACROIXAP
“¡Qué historia tan grande hemos vivido y la que aún estamos por construir y vivir!”. Nicolás Maduro aleccionó al chavismo desde el púlpito de su propaganda en el día grande de la revolución, que este domingo sirvió para festejar el aniversario del fracasado golpe de Estado contra el socialdemócrata Carlos Andrés Pérez y también el 25º aniversario del acceso bolivariano al poder.
Por El Mundo
El Día de la Dignidad Nacional, como se recuerda oficialmente a la asonada militar que fracasó en la toma de la Presidencia y en los cuatro intentos de magnicidio en un solo día, sirvió sobre todo como pistoletazo de salida para la campaña presidencial de Maduro en año electoral. De eso trataba el nuevo capítulo de apología golpista, además de mitigar la repercusión del acto liderado por María Corina Machado en Calabozo, municipio llanero en una de las zonas más maltratadas del país.
La Furia Bolivariana, término acuñado por el propio presidente, llegó distribuida en autobuses con dirigentes, funcionarios, milicianos y la exigua sociedad civil que le queda al oficialismo desde todos los puntos del país. Distintos riachuelos humanos se concentraron alrededor del Cuartel del 4F en el bastión revolucionario del 23 de Enero. En su interior, refugio del teniente coronel levantisco en 1992, descansan los restos del comandante eterno.
Bien temprano, bajo una espesa capa de calima, los soldados de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana salieron a trotar con sus banderas, para dejar claro que son ellos (sus generales) quienes aseguran al sucesor de Chávez en el poder. “Nunca más será necesaria una rebelión”, aseguró el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López. De los 261 presos políticos contabilizados por el Foro Penal, 146 son militares.
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