La dislexia afecta a la decodificación fonológica y al reconocimiento de palabras, interfiriendo en el rendimiento académico (Imagen Ilustrativa Infobae)
La dislexia es un trastorno persistente y específico en el aprendizaje de la lectoescritura, que afecta a niños sin dificultades físicas, psíquicas o socioculturales, y que se origina por una alteración en el neurodesarrollo. Este problema, alcanza al 10% de la población mundial, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Por Infobae
Investigaciones recientes indican que la prevalencia de la dislexia es mayor en niños que en niñas, aunque no se observan diferencias significativas en este aspecto. Se estima que entre el 3% y el 6% de los niños entre 7 y 9 años presentan dislexia.
Según datos de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, aproximadamente entre el 10% y el 17.5% de la población estadounidense sufre de dislexia, aunque se ha observado una menor prevalencia en la población de habla hispana.
¿Qué sucede cuando leemos?
Cuando leemos el cerebro está llevando a cabo una increíble hazaña: los ojos escudriñan la página en pequeños movimientos espasmódicos. Esto lo hace en cuatro o cinco veces por segundo. La mirada se detiene lo suficiente para reconocer una o dos palabras.
La información se va introduciendo de manera fragmentada. Solo los sonidos y significados de las palabras llegan a la mente consciente.
Así, con esta explicación, comienza su ensayo “El cerebro lector” Stanislas Dehaene, un destacado experto en neurociencia cognitiva. Nos enfrentamos a unas simples marcas en un papel en blanco que, al proyectarse en nuestra retina, pueden evocar todo un universo.
De esta manera procesamos la información y leemos. Lo que parece casi mágico es el resultado de un complicado conjunto de mecanismos que se combinan para hacer posible la lectura.
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