La abuela argentina junto al terrorista de Hamas en su casa del kibutz Nir Oz el 7 de octubre de 2023
El 7 de octubre a la mañana, Ester Cunio estaba en su casa del kibutz israelí Nir Oz cuando irrumpieron los terroristas de Hamas. Esta argentina de 90 años estuvo a punto de ser arrastrada a Gaza junto a ocho miembros de su familia, pero la sola mención del nombre de Lionel Messi le salvó la vida.
Por Infobae
La noche anterior al ataque, los Cunio habían cenado en familia. Vivían en Israel desde la década del 80. De los veinte miembros que estuvieron alrededor de la mesa, al día siguiente sólo quedaron doce.
Ester es la abuela de Lucas, Eitan y los gemelos Ariel y David. Los últimos dos permanecen secuestrados en Gaza desde hace cinco meses. También Arbel (novia de Ariel) y su hermano Dolev, quien se convirtió en padre estando en cautiverio.
David fue secuestrado junto a su esposa Sharon y las mellizas Emma y Yuli. Sin embargo, las niñas y la mujer fueron liberadas en noviembre pasado, en el único intercambio de rehenes por prisioneros palestinos ocurrido hasta ahora.
La historia de la abuela
La suerte de Ester parecía marcada. El terrorista que la encontró en su casa le dijo que iba llevársela, pero una conversación le dio un vuelco increíble a la historia.
Cunio lo revela en en este breve extracto de un documental al que accedió Infobae. En el clip, la abuela cuenta que golpearon la puerta de su casa esa mañana y que enseguida dos miembros de Hamas ingresaron y le preguntaron dónde estaba su familia. Ella respondió que estaba sola. “Vos te venís conmigo, acá va a haber sólo fuego”, le gritó el terrorista, que se enojó porque la mujer no hablaba bien en hebreo ni en inglés.
“Le dije que yo hablo en argentino, en castellano”, recuerda la mujer. El terrorista ni siquiera conocía el país: “¿¡Qué es Argentina!?”, la interrogó. La respuesta de Ester cambió todo.
– ¿Vos mirás fútbol?
-Sí, fútbol, me gusta
-Yo soy de donde es Messi
-¡¿Messi!? A mí me gusta Messi…
Tras escuchar el nombre del diez de la selección argentina la actitud del terrorista se transformó por completo. Le apoyó un brazo en el hombro, le dio sus armas, le hizo saludar a cámara y juntos posaron para la foto que recorrió el mundo.
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