SAN LUIS POTOSÍ.- La exjueza cubana que solicitó asilo político en Estados Unidos, Melody González Pedraza, justificó su decisión de sentenciar a cuatro jóvenes que participaron en las protestas, por estar bajo presuntas presiones y amenazas de parte del régimen de Cuba.
González Pedraza expresó a Cubanet que fue obligada a dictar sentencia basándose únicamente en la confesión de uno de los acusados. “Es muy difícil que hoy las personas entiendan que pienso diferente, y es muy difícil defenderme, pues en mis manos no tengo pruebas físicas,” declaró.
Los jóvenes enfrentan penas por acusaciones de supuestamente lanzar cócteles molotov contra propiedades del Estado.
Según la exjueza, fue sometida a intensas presiones por parte de autoridades locales y oficiales de la Seguridad del Estado para mantener a los jóvenes en prisión preventiva. Asimismo, describió cómo fue visitada en su centro de trabajo por altos funcionarios del tribunal y la Seguridad del Estado, quienes, según ella, le dieron instrucciones precisas y amenazantes para asegurar que las acusaciones se mantuvieran vigentes.
“El 18 y el 23 de abril recibí una visita en mi centro de trabajo, una inspección de la presidenta del Tribunal Provincial y la presidenta de la Sala de Seguridad. Me dieron indicaciones precisas; yo debatí que los abogados de la Defensa habían presentado un grupo de pruebas importantes, sobre todo, testigos. Pero la orden que recibí fue que las de las Fiscalía eran suficientes y tenían más valor. Había que mantener la prisión provisional y sancionarlos,” relató González Pedraza.
La exjueza también mencionó incidentes específicos de intimidación, incluyendo visitas de oficiales de la Seguridad del Estado que, según ella, la amenazaron explícitamente con represalias si no cumplía con las directrices del régimen cubano. Estas experiencias, afirmó, llevaron a un deterioro significativo de su salud mental y física durante ese período.
A pesar de su membresía anterior en el Partido Comunista y su posición como funcionaria del sistema judicial cubano, la exjueza decidió buscar asilo político en Estados Unidos por temor a posibles represalias continuas y a la incapacidad de ejercer su profesión con integridad en Cuba.
“Estoy consciente de que es difícil que me vean como una víctima. Por varios años ejercí esa profesión y viví guardada tras el caparazón que me obligaba a ponerme el Gobierno cubano,” comentó González Pedraza.
Su solicitud de asilo político se basa en la percepción de que el sistema judicial cubano está controlado y manipulado por el régimen para sus propios intereses, un hecho que, sostiene, limita gravemente la independencia y la imparcialidad de los jueces en la isla. González Pedraza espera que su testimonio y las pruebas presentadas en su caso demuestren un “miedo creíble” ante las autoridades estadounidenses, lo que justificaría su necesidad de protección internacional.
El próximo paso para la mujer será su audiencia judicial en Estados Unidos, donde buscará persuadir a los jueces de la validez de su solicitud de asilo, enfrentándose al desafío de cambiar la percepción pública sobre su papel anterior dentro del sistema judicial cubano.
FUENTE: Con información de Cubanet