LIMA.- La Policía de Perú informó que, el pasado viernes, un equipo compuesto por policías de alta montaña y guías privados, encontró el cuerpo momificado del montañista estadounidense, William Stampfl, de 58 años, desaparecido hace 22 años en el Monte Huascarán.
Lenin Alvarado, del Departamento de Salvamento de Alta Montaña en Ancash, explicó que el cuerpo fue encontrado en condiciones de momificación debido a las bajas temperaturas. «Estaba momificado y descongelándose», dijo y tenía todas sus pertenencias, su ropa en buen estado y sin haber perdido color, los arneses, las sogas, su pica y sus botas para escalar.
El policía, con 16 años dedicados al rescate en las montañas, dijo que le sorprendió ver que Stampfl aún tenía puesto su anillo de bodas en el dedo anular de la mano izquierda. “Nunca vi algo así antes”, agregó el agente Alvarado.
En el canguro que llevaba el fallecido encontraron la licencia de conducir que indicaba que Stampfl vivía en Chino, una ciudad en el Condado de San Bernardino, California. También hallaron su pasaporte, su cámara fotográfica, una tarjeta de crédito, sus lentes, un lapicero, una grabadora de voz y un par de billetes de 20 dólares corroídos por el tiempo.
El rescate fue dirigido por Eric Raúl Albino, un guía de montaña experimentado, quien recibió el encargo de la familia de Stampfl tras ser informado por un andinista que descubrió el cuerpo. «Fue una operación delicada debido a las condiciones peligrosas en la montaña», dijo el experto.
El montañista estadounidense desapareció el 24 de junio de 2002 en una avalancha junto a sus amigos Matthew Richardson, de 40 años, y Steve Erskine, de 51. Tras la fatalidad sólo se encontró el cuerpo de Erskine. Aún falta recuperar el cadáver de Richardson.
Cambio climático
El hallazgo del cuerpo de Stampfl resalta no solo los riesgos inherentes a la escalada en alta montaña, sino también los efectos del cambio climático en la región. El Monte Huascarán, parte de la Cordillera Blanca, ha experimentado una significativa reducción de su cobertura de hielo en las últimas décadas.
El derretimiento de los glaciares, acelerado por el calentamiento global, ha incrementado la frecuencia y severidad de avalanchas y otros peligros para los montañistas. Según datos oficiales, la Cordillera Blanca ha perdido el 27% de su masa de hielo en los últimos 50 años. Este fenómeno no solo transforma el paisaje y desafía a los escaladores, sino que también afecta a las comunidades locales que dependen del agua de los glaciares.
FUENTE: Con información de AP