Los cortes del servicio eléctrico de hasta 10 horas al día, el alza en los precios de bombillos recargables, generadores o paneles solares y la renuncia del ministro de Energía son hasta el momento el saldo dejado por la severa crisis energética que atraviesa Ecuador.
Las medidas de urgencia implementadas por el gobierno de Daniel Noboa para hacer frente a esta situación se deben en parte a la sequía que está impactando negativamente a las represas hidroeléctricas que proporcionan la mayor parte de la energía de Ecuador, de acuerdo con las autoridades.
Pero no es la única causa. A mediados de septiembre, los ecuatorianos pasaron varias horas a oscuras debido a un apagón programado para dar mantenimiento al sistema eléctrico.
«Es bastante crítico y complejo porque tener en pleno siglo 21 esta incomodidad», dijo a la Voz de América Verónica Espinoza, propietaria de almacén eléctrico en Quito, al exponer la «incomodidad» que implica usar generador eléctrico para tener abierto su negocio.
Un equipo de la VOA constató durante un recorrido por tiendas de Quito que son suficientes los insumos y los equipos de acuerdo a la demanda de los ecuatorianos, que buscan acceder a bombillos recargables, paneles solares y generadores eléctricos para aliviarse durante los apagones. Esto ha hecho también que los precios de estás mercancías se han elevado.
«Ya no tenemos focos recargables», dijo a la VOA Juan Ortiz, propietario de negocio que vende artículos alternativos para la generación eléctrica.
Sentada a la entrada de su negocio, Espinoza narró que un generador en su tienda le permite solamente el uso de dos de cuatro computadoras de las que disponen habitualmente. «El ruido es bastante fuerte y el olor a gasolina también que eso nos perjudica», dijo sobre una situación que los lleva en ocasiones a usar mascarillas para proteger las vías respiratorias.
A la vez, esta comerciante achacó las fallas actuales a «la falta de mantenimiento» a tiempo del sistema eléctrico.
Las interrupciones del servicio eléctrico han sido recurrentes en Ecuador. En junio de este año, por ejemplo, ocurrió un apagón masivo debido a fallas de transmisión. Ese corte dejó a oscuras a una nación de unos 18 millones de habitantes. Las autoridades dijeron en esa oportunidad que la falta de mantenimiento fue un factor que contribuyó al incidente.
El gobierno de Noboa nombró el miércoles a Inés Manzano, que había fungido como ministra de Ambiente, para reemplazar de forma interina en la cartera de Energía a Antonio Goncalves, quien ocupaba la posición desde julio pasado.
El anuncio indicó que Manzano «liderará la transformación de una matriz caduca que nos ha estancado en la dependencia de las lluvias en un 72 %».
Horas antes de que el gobierno informara sobre el reemplazo, Goncalves había actualizado sobre la reprogramación de los cortes de luz que «afectarán a todos», debido a la crisis energética y al bajo nivel de agua que tiene el embalse de Mazar.
El entonces funcionario del gobierno de Noboa afirmó además que este racionamiento se aplicaría en diferentes franjas horarias con el objetivo de «distribuir de manera equitativa el impacto y garantizar que sistema energético pueda sostenerse durante este periodo crítico».
Impacto al sector productivo
Las 10 horas de apagones diarios no impactarán de igual modo al sector productivo. De acuerdo con el anuncio de Goncalves antes de salir del puesto, la excepción serían ciertos sectores industriales que tendrán un horario diferenciado.
«Esto les permitirá cumplir con su cuota de ahorro, pero tratando de minimizar el impacto», expresó el exministro de Energía.
Sin embargo, representantes de los sectores productivos han solicitado en los últimos días al gobierno que involucre al sector privado en la búsqueda de soluciones a largo plazo. Según el Comité Empresarial, cada corte de energía de 8 horas genera pérdidas de 96 millones de dólares a escala nacional.
El presidente de la Cámara Pequeña y Mediana Empresa de Pichincha, dijo Vergara a la VOA que sí hay un impacto negativo notable. «El sector productivo es el que más afectado está realmente con las restricciones del servicio».
Además afirmó que este impacto se refleja sobre todo en la fuerza laboral que este sector emplea.
«[Las pequeñas y medianas empresas de Ecuador] solo representan el 20 % del Producto Interno Bruto del país, pero somos el 80 % del trabajo y el empleo pleno que existe en el país», dijo Vergara. «Quien más en riesgo está es el trabajo, es la producción y eso nos complica no solo a las personas del sector privado sino a la población en su conjunto», concluyó.
A fines de septiembre, el banco central de Ecuador informó que la economía local se contrajo un 2,2 % en el segundo trimestre de 2024, en comparación con el mismo periodo del año anterior, debido entre otras causas a un menor consumo de los hogares y un menor gasto público.
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