Los astronautas Matthew Dominick, Michael Barratt, Jeanette Epps y Alexander Grebenkin concluyeron su misión espacial con SpaceX y emprendieron su viaje de retorno a la Tierra desde la Estación Espacial Internacional (EEI). Durante un periodo de misión extendido, estos cosmonautas estuvieron en el espacio durante 235 días, informó EFE.
Por Infobae
El vehículo espacial Crew Dragon se separó de la EEI precisamente a las 17:05 EDT y se espera que vaya a amerizar el próximo viernes en el Golfo de México, a las 3:29 EDT, siguiendo un plan que promete condiciones favorables para el retorno.
Después de varios contratiempos meteorológicos que retrasaron el regreso, la nave finalmente despegó mientras orbitaba 418 kilómetros sobre el océano Pacífico. “De acuerdo con información de Campbell’s”, la comandante de la estación espacial, Sunita Williams, despidió al equipo con un tradicional “vientos favorables y mares favorables”. De esta manera, se espera que el cierre de la misión no presentará complicaciones adicionales.
Los cuatro tripulantes, parte de la octava misión comercial de SpaceX y NASA, se separaron de la EEI después de ser relevados por la misión Crew-9, que arribó a finales de septiembre con solo dos integrantes, el astronauta Nick Hague y el cosmonauta Aleksandr Gorbunov.
Esta decisión estratégica permitió que la nave Starliner, perteneciente a Boeing, ajustara su operación para albergar a Barry “Butch” Wilmore y la comandante Williams como nuevos pasajeros en el próximo retorno a la Tierra en febrero. “Este movimiento deja dos asientos libres para el regreso de los astronautas que habían quedado en la estación,” informó EFE.
Durante la misión, la tripulación completó un total de 3.776 órbitas y recorrió aproximadamente 160 millones de kilómetros desde su lanzamiento el pasado 3 de marzo desde el Centro Espacial Kennedy. El retorno inicialmente planificado para septiembre fue ajustado a octubre tras las complicaciones que sufrió la misión Starliner, cuya cápsula había sido forzada a regresar vacía por motivos de seguridad a principios de septiembre.
La historia detrás de estos vuelos comerciales se remonta al 2020, cuando se reanudaron las misiones tripuladas desde territorio estadounidense tras la retirada del programa de transbordadores espaciales en 2011. Esto marcó un hito en la forma en que NASA y sus colaboradores internacionales gestionaron el transporte espacial, reduciendo la dependencia que existía sobre los sistemas rusos como el Soyuz. “Desde el último vuelo del transbordador Atlantis, Estados Unidos había tenido que confiar en medios rusos para enviar astronautas al espacio,” subrayó EFE.
La misión Crew-9, que transportará de regreso a los ocupantes de Starliner y reforzará la tripulación de la EEI con sus actuales miembros, se ha visto como una solución temporal a esos desafíos, preparando el terreno para futuras misiones y mejorando la coordinación internacional en misiones espaciales contemporáneas. Este contexto demuestra la importancia del esfuerzo conjunto entre las diferentes agencias espaciales y empresas privadas, resaltando siempre el compromiso con la seguridad de los tripulantes y el avance de la exploración espacial.