El líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), José Daniel Ferrer García, se declaró en huelga de hambre el jueves pasado en la prisión de Mar Verde, provincia de Santiago de Cuba, en donde recibió una golpiza el 18 de noviembre, reseña el portal web CubaNet.
Según informó su hermana, Ana Belkis Ferrer García, las autoridades del penal argumentan que, al estar Ferrer confinado con presos comunes, tiene que cumplir con el mismo reglamento, lo cual significa que ni siquiera puede recibir botellas de agua de su familia. Esta situación habría obligado al activista a iniciar la huelga de hambre.
Ferrer García permanece confinado en un puesto médico que convirtieron en un destacamento de dos cubículos. Su esposa, Nelva Ortega, pudo verlo el 2 de diciembre y constatar las lesiones por la golpiza. Según notificó, el líder opositor continúa constantemente vigilado (con cámaras y micrófonos) y compartiendo espacio con reos comunes.
Este martes cumple 13 días en huelga de hambre Andy García Lorenzo, condenado a cuatro años de privación de libertad por participar en las protestas del 11 de julio de 2021 (11J). Su familia no fue notificada hasta el jueves 5 de diciembre cuando lo visitó en la prisión de Guamajal, provincia de Villa Clara.
Tras verlo, la madre del joven, Tayrí Lorenzo Prado, describió su estado: “Lo vi mal. Sus ojos estaban hundidos, con ojeras negras, extremadamente delgado… Le faltaba el aire al hablar; intentaba hacerlo, pero tenía que hablar muy despacio porque ya no tiene fuerzas”.
Lorenzo Prado se dirigió este lunes al penal y allí le informaron que el joven de 27 años se mantenía ingiriendo solo agua y orinando bien, que había bajado mucho de peso, tenía mareos y fatiga pero estaba orientado y tenía estable la presión arterial.
“Andy exige la devolución de su correspondencia familiar, cartas que le quitaron hace varios meses y que él se ha mantenido reclamando. Él dijo hace tiempo que, si no las devolvían, se plantaría y eso hizo”, declaró a CubaNet Lorenzo Prado.
Desde octubre de 2023, García Lorenzo se encuentra en celda de aislamiento, a petición propia porque, según su madre, quiere evitar que la Seguridad del Estado le fabrique un delito común para mantenerlo en prisión.
El tercer preso político en huelga de hambre este 10 de diciembre es Roberto Pérez Fonseca, quien permanece en celda de castigo e incomunicado desde el 28 de noviembre en la prisión de Quivicán, provincia de Mayabeque.
Su hermano, el activista residente en Canadá Alberto Ortega Fonseca explicó a CubaNet que ese día el prisionero fue a inyectarse debido a sus dolores estomacales crónicos y no pudo hacerlo porque “le volvieron a robar los medicamentos”.
“Ahí fue cuando explotó y aprovechó la oportunidad para gritar ‘abajo la dictadura’, ‘libertad para los presos políticos’ y reclamar tanto por sus derechos como por los de los demás”, relató.
Según Albert Fonse, al día siguiente de la protesta, un preso político llamado Maykel Armando Peña Suárez también se manifestó por los abusos. Tanto él como Roberto Pérez iniciaron una huelga de hambre como forma de protesta. Desde hace alrededor de una semana la familia no ha vuelto a tener noticias; solo ha sabido que ambos permanecen incomunicados y en celdas de aislamiento.
Roberto Pérez Fonseca cumple una sentencia de 10 años de privación de libertad por manifestarse el 11J en San José de las Lajas, provincia de Mayabeque.
Otros casos críticos
A inicios de noviembre el escritor y preso político José Gabriel Barrenechea estuvo unos diez 10 en huelga de hambre, de la cual no se ha recuperado totalmente. El intelectual fue detenido el 8 de noviembre por participar en las protestas pacíficas que tuvieron lugar en Encrucijada, donde reside. La Fiscalía pretende enjuiciarlo por el supuesto delito de “sedición”, alegando que incitó a los manifestantes a tomar las calles.
En entrevista con CubaNet, el pastor cubano Mario Félix Lleonart informó que, según le notificaron personas desde la Isla, el estado de salud de Barrenechea continúa deteriorándose, al punto de que quienes le han visto manifiestan temor por su vida.
“Está muy inquieto, muy preocupado, pero, más que por él mismo, por su madre, que es una anciana enferma a quien prácticamente le tenía que hacer todo. Ahora tiene a su hijo preso y, más que ayudarla, él es un motivo de preocupación para ella”, explicó Lleonart, quien es fundador y coordinador del Instituto Patmos.
El también preso político Yosvany Rosell García Caso, quien cumple una sanción de 15 años en la prisión de Cubasí, provincia de Holguín, por participar en las protestas del 11J, está desde hace varias semanas sin su medicación para la presión arterial pues en el penal no la hay.
En conversación telefónica con CubaNet su esposa, Mailín Rodríguez Sánchez explicó que, al no tomarse los medicamentos, su presión arterial se ha mantenido elevada y que, de producirse una emergencia, sería total responsabilidad de las autoridades del penal. El próximo día 16 corresponde la visita familiar reglamentaria. Rodríguez Sánchez está “desesperada” tratando de conseguir los medicamentos en el mercado informal y a sobreprecio, ya que en las farmacias no lo hay.
Por otro lado, el prisionero de conciencia Yasser Rivero Boni fue esposado en forma fetal a inicios de diciembre y obligado a mantener esa posición en el piso durante unas 24 horas. También ha recibido amenazas de muerte por parte de sus carceleros, denunció su madre, Yaquelín Boni.
“Mi hijo lleva más de un mes y medio en celda de castigo por orden de la Seguridad del Estado. Le niegan atención médica, lo están reprimiendo cada día más; me dijeron que lo iban a entregar muerto”, declaró a Cubalex su madre, refugiada política en Estados Unidos.
El prisionero político Alieski Calderín Acosta se encuentra confinado desde hace más de seis meses en celda de castigo sin recibir atención médica, en la cárcel de máximo rigor Kilo 8, ubicada en la provincia Camagüey, según denunció a CubaNet su hermano, Anieski Calderín Acosta, vía telefónica el pasado 26 de noviembre. Este denunció que lo mantienen aislado en un calabozo sin luz eléctrica ni agua. Además, aseguró que le retiran el colchón a las 6:00 de la mañana y no se lo devuelven sino hasta las 10:00 de la noche.
Tras una golpiza, el 30 de noviembre último falleció en la prisión Combinado del Este, en La Habana, el preso político cubano y participante en las protestas del 11J Manuel de Jesús Guillén Esplugas. El joven de 29 años de edad cumplía una sentencia de seis años de privación de libertad.
Aunque el régimen declaró “suicidio” como causa de muerte oficial, en un video difundido por Prisoners Defenders (PD), la familia rechazó esta versión, mostró imágenes de los hematomas que el joven tenía en su cuerpo y aseguró que su muerte se debió a una brutal agresión.
En las últimas jornadas, otros familiares de presos políticos han denunciado maltratos, hostigamiento y amenazas en las prisiones por parte de los guardias. CubaNet expuso testimonios provenientes de la cárcel de mujeres Ceiba Cuatro, ubicada en la provincia de Artemisa, catalogada como “un centro de tortura”.
Según PD, existen actualmente en la Isla 1.117 presos políticos y de conciencia, quienes sufren “condenas judiciales o disposiciones de limitación de libertad por parte de las fiscalías sin supervisión judicial alguna, debido proceso o defensa efectiva, en flagrante violación de la ley internacional”.
Sus encarcelamientos se caracterizan por los constantes tratos crueles e inhumanos por parte de la policía política, así como por la falta de atención médica y la negación de beneficios penitenciarios.
Entre el 1 de noviembre de 2023 y el 31 de octubre de 2024, la lista de prisioneros políticos de Cuba sumó un total de 134 nuevos nombres (un promedio de más de 11 presos políticos nuevos cada mes en Cuba). “Esto supone que a lo largo de estos 12 meses estuvieron presentes en la lista un total de 1.183 prisioneros políticos”, señaló PD.
Las denuncias desde prisión incluyen igualmente testimonios de las precarias condiciones de las cárceles (falta de higiene y proliferación de chinches, mosquitos y enfermedades) y la pésima alimentación, que ha provocado hambruna.
FUENTE: REDACCIÓN/CubaNet