Sam Altman aprendió a programar cuando tenía solo 8 años.
Como si de una película de ficción se tratara, el mundo tecnológico lleva días observando los turbulentos movimientos al interior de OpenAI, la empresa que maneja el revolucionario chatbot ChatGPT.
Por BBC Mundo
Y la persona que está en el ojo del huracán es una de las estrellas más brillantes de la floreciente industria de la inteligencia artificial: Sam Altman.
El cofundador de OpenAI fue despedido el pasado viernes 17 de noviembre de esta compañía, en una decisión calificada como sorpresiva, repentina y dramática.
La firma de Silicon Valley explicó que su destitución ocurría por una situación de pérdida de confianza pues determinó que Altman “no fue consistentemente sincero en sus comunicaciones” con los directivos, “lo que obstaculizó su capacidad para ejercer sus responsabilidades”.
Luego de un fin de semana caótico en el seno de esta organización tecnológica -con amenazas de renuncias masivas por parte de su personal- este lunes Microsoft (el mayor inversor de OpenAI) anunció la contratación de Altman para liderar “un nuevo equipo de investigación avanzada”.
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