Ante el fallecimiento del Papa Francisco este lunes 21 de abril, el Vaticano se prepara para iniciar el proceso del Cónclave para elegir a un sustituto, una ceremonia convocada y organizado por el rector del Colegio Cardenalicio, actualmente a cargo del cardenal Giovanni Battista Re, y cuenta con la participación de cardenales de todo el mundo, sin embargo, ninguno de los representantes venezolanos podrá votar en esta ocasión.
De acuerdo con la reforma realizada en 1996 de la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, promulgada por Juan Pablo II, en el Cónclave solo pueden participar los cardenales menores de 80 años de edad.
Esta medida deja fuera a los cardenales venezolanos Diego Padrón Sánchez, arzobispo emérito de Cumaná, quien tiene 85 años de edad, y a Baltazar Enrique Porras Cardozo, arzobispo emérito de Caracas, de 80 años.
Sin embargo, ambos pueden acudir a Roma sin entrar a la reunión en la Capilla Sixtina, donde se elegirá al nuevo pontífice bajo los frescos de Miguel Ángel y delante de un crucifijo.
El Cónclave es absolutamente secreto. Sus deliberaciones y contenidos no pueden ser divulgados. Puede durar pocos minutos, días, semanas o años.
Los cardenales electores son alojados en Casa Santa Marta, al lado de la Basílica de San Pedro, durante todo el periodo del Cónclave.
Los cardenales deben renunciar a sus labores diarias para acudir a la misión de elegir al nuevo Papa. Las congregaciones quedan bajo la dirección del secretario.
La votación requiere dos tercios del apoyo para poder contar con un nuevo director del catolicismo.
La persona elegida como Papa no tiene que ser necesariamente uno de los cardenales electores, aunque, en la práctica, siempre ha sido así.