Jonferson Valera Yamarte, un joven migrante venezolano de 21 años, regresó a su ciudad natal después de haber vivido varios meses escondido en Texas, Estados Unidos, tras la deportación de su hermano y tres amigos por parte de agentes migratorios estadounidenses.
Según un reportaje del Miami Herald, Valera había emigrado a EE.UU. en septiembre de 2023, atravesando la peligrosa selva del Darién, hasta entregarse en la frontera de El Paso.
Tras un breve arresto, se instaló en Dallas junto a su hermano Mervin y otros amigos de su barrio, Los Pescadores de Maracaibo, donde trabajaban en una fábrica de tortillas.
Sin embargo, el 13 de marzo de este año, su vida dio un giro repentino cuando agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) allanaron su apartamento y se llevaron a su hermano y a otros conocidos.
Todos fueron deportados días después a El Salvador, señalados de pertenecer a bandas criminales como el Tren de Aragua.
Temiendo correr la misma suerte, Valera se mudó y permaneció oculto en otra parte del estado. Vivió con miedo, convencido de que las autoridades volverían por él. Finalmente, tras recibir una notificación para comparecer ante un tribunal migratorio en abril, decidió abandonar EE. UU. por cuenta propia.
El joven cruzó a México y se acogió al plan de repatriación «Vuelta a la Patria» del gobierno venezolano, que lo trajo de regreso a Caracas y luego a Maracaibo. Allí fue recibido con alegría por familiares y vecinos, quienes lo esperaban con pancartas, globos tricolor y la canción “Volver a casa”, convertida en himno de la migración venezolana.
Entre abrazos y lágrimas, Valera aseguró que no volverá a separarse de su madre. Planea retomar su vida en Venezuela y espera la liberación de su hermano, a quien defiende como inocente. La familia, aunque aliviada por su regreso, aún aguarda la reunificación completa.
“Quiero seguir adelante”, afirmó Valera, convencido de que su futuro ahora está en su país.