“Nos desviamos hacia el sector cercano al Pico el Águila con la esperanza de que escampara pero cada vez se ponía peor, el caudal del río iba con mucha fuerza y las personas del sector nos decían que no habían visto nunca”.
Carola Suniaga viajaba con cinco amigas hacia el sector Mifafí –en el páramo merideño– cuando el río Chama se desbordó, luego de las intensas lluvias que se registraron en el estado Mérida entre el 24 y 25 de junio. No pudieron llegar a su destino. Sectores como los vecinos Timotes, en el municipio Miranda, y Apartaderos, en el municipio Rangel, fueron de los más afectados en la entidad.
Otras zonas como Cacute, San Rafael de Tabay y Tabay, pertenecientes al municipio Santos Marquina, también sufrieron severos daños.
Aunque la fuerza del agua ya había llegado hasta la carretera, Carola y sus amigas pasaron por el poblado de Apartaderos, donde el paso es bastante limitado. Sin embargo, les tocó dejar los vehículos en el sector Cacute porque era imposible continuar.
“En Cacute logramos conseguir una posadita que aún cuando no estaba habilitada ante la situación decidieron darnos alojamiento. Desde allí veíamos la fuerza del río y cuando el puente y las casas cercanas al río comenzaron a caerse. Fue horrible”.
Pasaron la noche en la posada pero no pudo dormir mucho porque escuchaba el río muy fuerte que junto con las piedras estremecían las paredes y las casas mientras se caían.
“Estamos un poco afectadas porque ver todo lo que estaba sucediendo en vivo y directo es muy duro. Además que sentimos mucho miedo y luego en el trayecto a pie ver toda la destrucción que causó el río, las caras de las personas tratando de salvar sus pertenencias, los animalitos que quedaron a la deriva, no fue fácil”.
Mérida en emergencia
10 municipios resultaron afectados tras las fuertes lluvias registradas desde el martes 24 de junio y 370 familias perdieron sus viviendas, o parte de ellas, de acuerdo con el gobernador del estado Mérida Arnaldo Sánchez.
Las zonas con más daños fueron los municipios Pueblo Llano, Cardenal Quintero, Rangel, Miranda, Santos Marquina, Libertador y Campo Elías. Por el colapso de las vías costó que la maquinaria ingresara al pueblo de Timotes, que tres días después no se había logrado.
El paso de la Onda Tropical N°8 coincidió con la celebración de San Juan y posteriormente los pobladores hicieron rituales religiosos en su honor para pedirle que cesaran las lluvias en la zona, ya que allí se producen más de 45 rubros agrícolas.
Los aguaceros también afectaron a los estados Trujillo, Barinas y Táchira. El gobierno de Nicolás Maduro activó la Fuerza de Tarea Andes 2025 para brindar atención a la emergencia.
La Troncal 007 tiene el paso restringido entre Mérida y Trujillo, al igual que la Troncal 001 hacia Barinas. La vía Barinas-Mérida registró daños en el sistema eléctrico que dejó sin luz a diversos sectores. El mandatario Nicolás Maduro se comprometió a reconstruir las carreteras y este viernes, 27 de junio, se habilitaron pasos provisionales en algunas zonas.
“Ordenamos un estudio de los factores que hoy están siendo más perturbados por la emergencia climática, ríos, quebradas, situación del suelo”, dijo en cadena nacional el 26 de junio.
La ingeniera hidrometeorologista, María Isabel Rojas Polanco, explicó en una entrevista en la emisora 107.7 ULA FM, que las lluvias extremas resultaron de la concentración en la Zona de Convergencia Intertropical, ondas del este y una vaguada monzónica.
Estos sistemas meteorológicos transportaban gran cantidad de calor y humedad desde Colombia y Panamá e intensificaron los núcleos de precipitación que generaron chaparrones muy localizados y de alta intensidad.
“Pese a que la cantidad estimada fue de 30-35 mm (un cuarto del promedio mensual), la gran intensidad de agua caída en poco tiempo fue un detonante clave, provocando el desborde de importantes ríos como el Chama, Motatán y Santo Domingo”, dijo en la entrevista en el programa La Ciudad en la Radio.
Solidaridad de los vecinos
Andrea Arajuo viajaba desde Mérida hacia Valera, estado Trujillo, cuando iniciaron los derrumbes en la zona del páramo merideño.
La estudiante de la Universidad de Los Andes salió del terminal el martes 24 de junio, a las 9:30 a. m., y esperaba llegar a su destino seis horas después. Sin embargo, arribó pasadas 30 horas porque quedó atrapada en la vía.
“El caudal del agua comenzó a subir a medida de que íbamos ascendiendo en la vía, al punto de tener que escampar durante dos horas debido a la intensidad de la lluvia esto provocó pequeños deslizamientos de tierra. Hasta ese momento éramos 16 personas con destino a Valera”, cuenta la joven, de 18 años de edad, quien destaca que aproximadamente a la 1:00 p. m. empeoró la situación, cuando transitaban por el sector Rincón de la Venta, aún en Mérida.
A la espera de que el clima cambiara llegó otro bus con pasajeros que también se dirigía Trujillo. Los conductores de ambas unidades de transporte se bajaban a quitar piedras de la vía, con ayuda de los pobladores, para intentar seguir el trayecto.
Ante la dificultad para atravesar la carretera los choferes tomaron la decisión de pasar la noche en la vía mientras el río se calmaba. Y vecinos del Rincón de la Venta –municipio Bolívar– asistieron con cobijas y comida a los pasajeros varados entre dos vertientes de los ríos.
“Era la 1:00 a. m. cuando escuchamos un grupo de motos acercándose a los autobuses, pensamos que nos iban a robar y estuvimos con algo de miedo porque no había luz en la zona, pero resultó ser un grupo de rescatistas de Protección Civil Mérida, pues la empresa de transporte había notificado que no sabían nada de los autobuses en la vía”, dijo la estudiante, quien añadió que los trasladaron hasta la sede de los bomberos para resguardarlos.
Andrea llegó a su destino a las 3:00 p. m. del 25 de junio. Caminó por tramos riesgosos, donde la tierra se deslizó y quedaban pequeñas colinas que solo podían pasar a pie. “Crucé un trayecto sola, aproximadamente de 15 minutos, al llegar al otro lado del sector de La Puerta en Trujillo, me esperaban mi tío y mi primo. Allí sentí el verdadero alivio”.
Este viernes, 27 de junio, el paso es intermitente en La Ceibita, un sector en la vía del páramo que pertenece al municipio Santos Marquina, otro de los más afectados.
“La maquinaria pesada aún se encuentra trabajando para restablecer el paso a su totalidad, mientras todas las personas que viven cerca de esta zona y necesitan bajar a Mérida deben cruzar gran parte del tramo afectado, rodeando la montaña cerca del sector de La Ceibita”, agregó Carola.
Tomado de Crónica Uno.