El alcalde encargado del municipio venezolano de Maracaibo (noroeste), Adrián Romero, considera en una entrevista con EFE que la abstención opositora en las elecciones regionales y legislativas del pasado 25 de mayo «no llevó a nada bueno», por lo que cree que el mayor reto del antichavismo para los comicios locales del próximo 27 de julio es lograr que la gente «salga a votar».
A su juicio, el desafío de los opositores que decidieron participar en estos comicios, rechazados por la oposición mayoritaria agrupada en la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), es bajar los índices de abstención y lograr que los ciudadanos salgan a votar para «sellar el triunfo y el progreso de este municipio que (se) niega a rendirse».
Romero considera que Maracaibo, capital del estado Zulia (fronterizo con Colombia), es la «cereza del pastel» en los comicios locales del próximo 27 de julio, en los que el chavismo busca reconquistar este espacio ganado por la oposición en las elecciones de noviembre de 2021.
«De verdad que nosotros estamos trabajando incansablemente para seguir profundizando la gestión que llegó en 2021, para tener cuatro años más trabajando por esta gran ciudad», recalca.
Por eso, insiste, en que la abstención en las filas opositoras solamente «fortalece» al chavismo que ya se hizo en mayo pasado con 23 de las 24 gobernaciones del país caribeño y con 256 curules de un total de 285 en el Parlamento.
Alcalde por circunstancias
Romero ejercía como director general de Servicios Públicos de la Alcaldía de Maracaibo hasta octubre del año pasado cuando sustituyó al burgomaestre Rafael Ramírez Colina tras su detención acusado de «graves hechos irregulares», según la Fiscalía General de Venezuela.
El ministro de Interior y Justicia, Diosdado Cabello, ha señalado al opositor de entregar a «partidos políticos de la extrema derecha recursos obtenidos a través de la recaudación de impuestos», así como de hechos relacionados con el narcotráfico, por los que han sido detenidos seis alcaldes, entre ellos tres chavistas, en esa misma región.
Romero califica la detención de Ramírez Colina como «injusta» y recuerda sus primeros días en el cargo como «muy difíciles» porque «había mucha incertidumbre, mucha inestabilidad, mucha zozobra».
«Decidí asumir el reto, asumir esa responsabilidad con gallardía, con entrega y con compromiso, con lealtad a esta ciudad y desde allí fueron los primeros 45 días muy difíciles», relata el ahora alcalde.
«Sin embargo, la dinámica de la Alcaldía continuó, no se podían parar las operaciones de la Alcaldía, ni de los servicios públicos, ni de la infraestructura y arrancamos el año 2025 con mucha fortaleza, continuando la gestión y el legado que iniciamos, y el sueño, en 2021, con la gestión de Rafael Ramírez Colina», apostilla.
Romero considera que antes de que Ramírez Colina asumiera el cargo en 2021, Maracaibo se encontraba en un «franco deterioro».
Ahora, espera que de ser electo como alcalde se pueda seguir avanzando en la reorganización de esta ciudad en la que, considera, su principal problema es el «tema de los desechos sólidos».
Con las puertas abiertas
El candidato a alcalde dice que ya ha tenido tres conversaciones telefónicas con el recién electo gobernador del Zulia, el chavista Luis Caldera, para discutir «algunos temas importantes» de la zona metropolitana de Maracaibo.
«Siempre tenemos que tener las puertas abiertas, todo el que venga con cosas positivas y cosas buenas para la ciudad, bienvenido sea, y articulemos y trabajemos en bienestar de nuestra ciudadanía», asegura.
Romero indica que hasta la fecha no ha conversado con el presidente venezolano, Nicolás Maduro, pese a que fue invitado en una oportunidad a un Consejo Federal de Gobierno y «minutos antes de que se diera la reunión» lo «desconvocaron».
Sin embargo, reitera la importancia de mantener una relación de «respeto, de cordialidad» con todos los niveles de Gobierno en el país para poder resolver los «problemas inherentes a la ciudad de Maracaibo, poderlos atacar y poderlos atender de forma inmediata».
El antichavista opina que la situación política del país es «bastante compleja», por lo que defiende que los dirigentes se mantengan en las calles conectados con los ciudadanos.
«Sentimos que hay mucha necesidad y muchas situaciones que nosotros, desde el escenario que estamos trabajando ahorita, podemos darle respuesta a mucha gente que aspira que su alcalde esté cerca de ellos, escuchándolos, atendiéndolos y resolviéndolos en todo momento», añade.
EFE