Nicolás Carrizo, uno de los acusados de participar en 2022 en el frustrado asesinato de la entonces vicepresidenta argentina Cristina Fernández, negó el miércoles su vinculación con el hecho y declaró que los mensajes que escribió al respecto y lo complicaron ante la justicia eran bromas que hizo alcoholizado.
Carrizo declaró ante el tribunal federal que lleva a cabo el juicio por el intento de magnicidio de la también expresidenta (2015-2019) como presunto partícipe secundario en el hecho.
Los otros dos acusados son Fernando Sabag Montiel, quien empuñó el arma de la que no llegó a salir el disparo, y su entonces pareja Brenda Uliarte, quien estaba muy cerca del lugar del hecho la noche del 1 de septiembre de 2022.
Carrizo era el jefe de un grupo de vendedores de copos de azúcar que incluía a Uliarte y Sabag Montiel. Este último admitió en el inicio del juicio su intención de asesinar por motivos meramente personales a Fernández.
También intentó desvincular a quien fuera su empleador afirmando que la relación entre ambos fue breve y sólo laboral. Sobre su entonces novia dijo que «quería ser más una espectadora del momento (del ataque) que una partícipe”.
Sabag Montiel gatilló una pistola en la cabeza de la también exmandataria (2007-2015) frente al domicilio en Buenos Aires de la entonces vicepresidenta, ahora de 71 años, adonde se habían concentrado cientos de sus seguidores para darle apoyo cuando se desarrollaba un juicio en su contra por supuesta corrupción.
Fernández, considerada una de las figuras políticas más poderosas de las últimas dos décadas, ha cuestionado la investigación que llevó a cabo la justicia afirmando que no ahondó en la autoría ideológica del ataque y sospecha que sectores opositores podrían haberlo ideado y financiado.
Carrizo dijo entre lágrimas que los mensajes que envió con su móvil a varios allegados en los que dijo haber sido parte de una organización para atacar a la expresidenta fueron “una joda” (broma).
“Quiero pedir perdón si ofendí a la señora”, sostuvo el acusado ante los tres jueces del tribunal.
También declaró que quiso ayudar a Uliarte después del hecho y acotó que lo hizo sin sospechar que podía estar involucrada. Entre otras cosas, la acompañó a un canal de televisión a dar una entrevista en la que ella se desvinculó del ataque.
“Yo cometí dos errores: mandar los mensajes y ayudarla a Brenda Uliarte, pero yo no tengo nada en contra de Cristina, yo jamás mataría a una persona. Es una locura», declaró.
Antes de su indagatoria, Uliarte, acusada de ser coautora del intento de asesinato, no quiso declarar.
De ser hallados culpables Sabag Montiel y Uliarte podrían recibir hasta 20 años de prisión, mientras que Carrizo unos 15 años.
Se espera que Fernández declare durante el proceso judicial, que se prolongaría por un año.
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