Unas 15 organizaciones y observatorios independientes en Cuba expresaron este lunes su profunda preocupación por el agravamiento de la crisis humanitaria en el país, desencadenada por el colapso energético que ha provocado el desplome total de los servicios esenciales en la Isla.
Tras semanas con un déficit de más del 50% en la generación de energía —con provincias recibiendo solo tres horas de electricidad al día— el pasado 18 de octubre se alcanzó el límite de provisión de combustible, dejando a la Isla completamente a oscuras, excepto hospitales, hoteles e institutos relacionados con la defensa nacional. “Este escenario había sido advertido por expertos y sociedad civil ante la irresponsabilidad e ineficacia del Estado”, subrayaron los firmantes, reseña CubaNet.
Al momento de redactar el comunicado, “más de dos tercios del país aún se encontraba sin suministro eléctrico. Muchas zonas llevan más de 70 horas continuas sin electricidad y prácticamente sin comunicación”, alertaron las entidades firmantes.
Las organizaciones también advirtieron sobre el deterioro transversal de los servicios básicos y su impacto devastador en la población, especialmente en grupos en condiciones de vulnerabilidad. “La falta de energía eléctrica imposibilita tanto la refrigeración de medicamentos y alimentos que así lo requieran, como la cocción de los últimos”, indicaron.
“En un escenario de desconexión total en el país y sin haber creado las condiciones necesarias, la población se ha visto impedida tanto de cocinar como de acceder a alimentación elaborada, ya que panaderías, cafeterías y otros centros se encuentran cerrados”, añadieron. Además, resaltaron que “sin corriente eléctrica, el sistema de acueducto nacional tampoco logra conectar la distribución de agua en el sector residencial, previamente sujeto a regímenes de dos y tres días sin abasto”.
A la ausencia de electricidad, gas y agua, se suma “el corte en las comunicaciones digitales, dada la desconexión de las torres repetidoras encargadas de emitir la señal”.
Frente al colapso total de los servicios básicos y en medio de una crisis alimentaria severa, las organizaciones alertaron sobre “las serias consecuencias que provoca sobre la sostenibilidad de la vida esta situación en el corto y mediano plazos”. Enfatizaron que “estas condiciones, unidas a la vigilancia, al control y criminalización del régimen de cualquier iniciativa independiente que pudiera articular y asistir a los más desfavorecidos, hacen ya imposible las condiciones de supervivencia que los cubanos han estado enfrentando en los últimos años”.
También señalaron que “estas condiciones tienen un impacto diferenciado de mayor peso en grupos poblacionales en condiciones de mayor vulnerabilidad tales como personas mayores, infantes, mujeres, personas con discapacidad, personas con enfermedades crónicas y población privada de libertad, entre otros”.
Asimismo, exigieron al Estado cubano “el levantamiento de información sobre los impactos diferenciados de esta crisis y el desarrollo de un plan de medidas a corto y mediano plazo para la compensación y asistencia a las poblaciones más afectadas”. También solicitaron que “se permita la participación de la sociedad civil independiente, sin ser criminalizada, en el levantamiento de esta información, así como en el desarrollo de acciones de emergencia y ayuda a las comunidades y grupos más afectados”.
Finalmente, instaron al régimen cubano a “respetar sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos en medio de esta crisis, garantizando los derechos fundamentales a la ciudadanía, especialmente el derecho a la protesta pacífica”.
La declaración fue suscrita por diversas organizaciones, entre ellas Food Monitor Program, Cuido60-Observatorio de Envejecimiento, Cuidados y Derechos, Observatorio de Género Alas Tensas (OGAT), Cubalex, Museo Virtual de la Memoria contra la Violencia basada en Género, Mesa de Diálogo de la Juventud Cubana, Ciudadanía y Libertad, Fundación 4Métrica, Red Femenina de Cuba, Justicia 11J, Centro de Documentación de Prisiones Cubanas, Civil Rights Defenders, Museo de la Disidencia en Cuba, el Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos y el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH).
FUENTE: Redacción/Con informacion de CubaNet