Llegó 2024, el año del ahogamiento del régimen que nosotros mismos elegimos en 1998, engañados, y ratificamos, impactados por la muerte de quien no pensaba en morir, y tratando de complacerlo, sin análisis ni previsiones.
Llegó 2024, cuando frente a María Corina Machado se ve un amplio panorama, pero también un rio lleno de pirañas que deberá cruzar a nado. Queremos que llegue a la otra ribera, confiamos en su fortaleza de gran nadadora, pero, como el Apure, es un río fuerte, caudaloso, lleno de trampas y de pirañas.
No dudo de la capacidad de la señora Machado para aplastar a lo que queda del chavismo y el castromadurismo, pero tampoco tengo dudas de que Nicolás Maduro, Cabello y sus entornos se defenderán como gato patas arriba, dispuestos a cualquier cosa; ni tengo dudas de que lo poco que se ha negociado hasta ahora es un entendimiento entre Miraflores-hermanos Rodríguez y la Casa Blanca, más preocupada por petróleo seguro que por la honestidad de Álex Saab. Lo que realmente interesa al señor Biden –no se sabe todavía a pesar de la convicción de J.P.Morgan si buscará o no persistir en la Presidencia- es mantener los precios petroleros sin que los estadounidenses se alarmen. Rusia, Ucrania, los palestinos, Hamás, Jerusalén, los sutíes, Irán, son problemas lejanos, el Caribe sigue siendo un lago donde Washington quiere nadar con tranquilidad. Les gustaría más con elecciones al menos de apariencia democrática y aún mejor con María Corina Machado que habla inglés, tiene respaldo popular y es ingeniero, pero de ser necesario no le harán ascos a Nicolás Maduro. Es cuestión de apariencias y, la verdad sea dicha, aunque trate de trampear Maduro necesita más a Biden y Blinken, que estos a él.
El Esequibo está aquí al lado y ya a las pirañas el asunto les salió chucuto, ni siquiera la pulserita del Presidente guyanés conmovió a las masas venezolanas, no hay que engañarse con la liberación de Saab, ése es un muerto sin mayores consecuencias más allá de darle algo a Miraflores.
Ni con Ratti, a quien pocos hacen caso y menos en Vente Venezuela y el CNE.
Lo que cuenta es la capacidad de Machado de cruzar ese río peligroso que es 2024 hacia Miraflores, hasta ahora la ha tenido fácil incluyendo la constante inyección de errores de Nicolás Maduro, pero las pirañas nadan rápido y muerden. En tiempos de Páez los llaneros sacrificaban una res para distraer a las pirañas en los ríos que cruzaban, ¿cuál será la res de María Corina Machado?