BUENOS AIRES.- Un alto funcionario del gobierno de Argentina cuestionó este domingo comentarios del papa Francisco, quien días atrás habló sobre el derecho a la protesta social y criticó su represión por parte de las fuerzas de seguridad.
Durante un encuentro en Roma el viernes con representantes de movimientos sociales de todo el mundo, Francisco, nacido en Argentina como Jorge Bergoglio, contó haber visto un video de «gente que pedía por sus derechos en la calle» y dijo que «el gobierno se puso firme» y «en vez de pagar justicia social, pagó el gas pimienta».
No mencionó a Argentina ni nombró al presidente Javier Milei pero pareció referirse a una manifestación del 12 de septiembre en Buenos Aires por el veto a un aumento de las pensiones, durante la cual la policía utilizó gases lacrimógenos y balas de goma.
El vocero presidencial argentino, Manuel Adorni, evitó el viernes confrontar con el Papa. «Es la opinión del papa Francisco, que nosotros escuchamos y reflexionamos. No tenemos por qué compartir la visión que tiene sobre algunas cuestiones. El respeto es total”, dijo.
Pero el jefe de Gabinete de Milei, Guillermo Francos, se pronunció este domingo sobre el tema.
«La Argentina vive un problema económico desde hace muchos años. Y por más que uno tenga toda la sensibilidad social, como la tiene Bergoglio, no hay magia salvo que él considere que se puede hacer un milagro sobre esto», señaló Francos al ser consultado sobre el tema en radio Mitre.
«Hemos tenido inflación del 15%, del 25%, en los últimos meses del año pasado, y no escuchamos al Santo Padre que dijera ‘hay un problema social en la Argentina porque hay una inflación muy alta'», dijo, y subrayó que «bajar la inflación es una política social».
«Hay varias cosas que llaman la atención de las actitudes de Bergoglio, y muchos las adjudican a sus simpatías hacia el peronismo», añadió Francos.
El episodio suma un nuevo entredicho a la relación con vaivenes que mantiene Milei con su compatriota del Vaticano.
Desde que asumió el cargo en diciembre, el Milei ha venido aplicando una política de austeridad en un intento por controlar la inflación crónica y décadas de exceso de gasto gubernamental a manos de la izquierda peronista.
En el pasado, Milei acusó al papa Francisco de «injerencia política» y lo llamó un «imbécil» que «busca extender el comunismo». Se disculpó luego y desde entonces suavizó su tono y lo invitó a visitar Argentina. Fue recibido en audiencia por el Santo Padre en el Vaticano tras su triunfo electoral en 2023, dos gestos que parecieron encaminar la relación, al menos hasta ahora.
Francisco no ha regresado a su patria desde que se convirtió en jefe de la Iglesia Católica en 2013.
FUENTE: Con información de AFP / AP